Cabrujas recordaba sus tiempos de militante en una célula aludiendo al esquemático orden del día de las reuniones semanales 1) Organización 2) Finanzas 3) Varios. Para José Ignacio en el punto varios era “donde estaba la vida”, allí era donde se trataban los verdaderos problemas de la cotidianidad que constituían el centro de las inquietudes y preocupaciones de los camaradas que hacían vida política en Pérez Bonalde. Allí donde según él “Pompeyo lo metió en la cueva del multígrafo” para sacarlo años después de esa caverna. Esas palabras se las escuché al dramaturgo en un acto al que le habíamos solicitado Eduardo Pozo y yo que participará como orador.
Este cuento me viene a la memoria a propósito de la inveterada costumbre en las reuniones de las direcciones políticas de iniciar su agenda con un informe político, Pompeyo Márquez usaba a menudo la frase “hay que analizar adecuadamente el momento político que vivimos” al comenzar el respectivo informe. Al que dedicábamos muchas horas de debate y allí si constituía el centro de la reunión
Pienso que hoy también se trata de hacer una acertada lectura del “momento” por el cual atravesamos. El gobierno interpreta en forma equivocada la realidad actual; frente a una crisis económica, social y política de dimensiones no conocida nunca antes en nuestra historia, en vez de procurar aliados, de solicitar colaboración del sector privado, de profesionales y asesores competentes, apela a la agresión y al insulto. Se aísla, día a día, nacional e internacionalmente. Recurre al manido recurso de la “guerra económica”, el golpe de Estado y el magnicidio. La evasión de la realidad no niega su existencia, ella está allí, desmejorando dramáticamente las condiciones de vida de los venezolanos.
A las fuerzas de la alternativa democrática también nos corresponde hacer una lectura adecuada del momento político, analizar los diversos estados de ánimo del país, donde se combinan una amplia gama de sentimientos: malestar, descontento, incertidumbre, miedos, indignación, decepción, desesperanza y en algunos casos resignación. Lo cierto es que Maduro cuenta con el menor nivel de respaldo que gobernante alguno ha tenido y que la mayoría lo considera responsable de la situación actual, sin embargo esa inmensa procesión de malestar y descontento que recorre las entrañas de la sociedad, aún no percibe a la oposición como una alternativa real. He allí nuestro principal desafío en el propósito de conformar una sólida y amplia mayoría que pueda expresarse en eventos decisivos para alcanzar el cambio político. Una acertada interpretación de estos fenómenos es la que posibilita el diseño de una estrategia victoriosa.
Minimizar el plus que significa la acción unitaria por extrapolar situaciones que no son reflejo de la existencia nacional resultaría un grave error, el que en la ULA, la UCV y el Colegio de Ingenieros de Guayana haya triunfado la oposición participando dividida no puede ser un ejemplo a imitar. Hay que combatir la tentación divisionista. Propendemos a confundir nuestro entorno más próximo y ahora en la red a nuestros seguidores con el pensamiento de la mayoría. En las elecciones universitarias los que se guiaron por twitter no pegaron una. No se puede confundir 2.0 con todo lo útil e importante que es, con el país.