“Carlos: el corazón de un rey” es un título que encierra una evidente paradoja, ya que se trata de una persona que hasta el momento nunca ha llegado a ostentar ese cargo, pero que a la vez no tiene ningún interés en hacerlo, publica Infobae.
Al menos así lo afirma la autora Catherine Mayer, que sostiene que el heredero natural de la reina Isabel II en realidad detesta el papel representativo que conlleva hacerse cargo de ese puesto. Las causas humanitarias lo atraen más, sostiene la escritora.
Pero el punto más polémico pasa por el recuerdo de aquel 29 de julio de 1981, cuando el mundo estaba paralizado frente al televisor viendo el casamiento más esperado por todo Reino Unido: el príncipe Carlos contraía enlace con la plebeya y popular Diana Spencer, desde entonces y para siempre, Lady Di.
Sin embargo, las dudas de Carlos ponían en evidencia que el matrimonio estaba marcado por una enorme duda de parte de, al menos, uno de los dos protagonistas. Mayer afirma que en una reunión previa, el Príncipe eterno se confesó sin reparos ante sus amigos: “No puedo ir, no puedo hacerlo”.
Más de uno sostiene que una decisión semejante hubiera generado tal conmoción que la realeza británica no se hubiera podido recuperar, mientras que otros creen que tal vez hubiera evitado los padecimientos que terminaron con el trágico desenlace de la muerte de su esposa.