Una de las mujeres que participaron en las orgías que son objeto del juicio contra Dominique Strauss-Kahn afirmó hoy ante el Tribunal Correccional de Lille, norte de Francia, que había contado al exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) que ella trabajaba como prostituta.
“No le dije ‘soy una prostituta’, no se lo dije así” pero con lo que explicó de su trabajo “no había dudas”, señaló la mujer, llamada Jade, durante el juicio, según el relato hecho por “France Info” y “BFM TV”.
Esta mujer, que se presenta como antigua prostituta, indicó que antes de una de las orgías objeto del proceso, tuvo una conversación muy explícita con Strauss-Kahn (conocido por sus iniciales DSK) en el otoño de 2009 en un viaje en coche camino de Bruselas.
En esa conversación, Jade le precisó que trabajaba en un club de intercambios en el que bailaba y elegía a los clientes para mantener relaciones sexuales, y por tanto DSK entendió que era prostituta.
Igualmente relató la relación sexual que -según su versión- le impuso el exministro francés de Finanzas, sin haberle preguntado, la tomó por la espalda: “No tuve tiempo de darme la vuelta, no tuve tiempo de decir uf, y ya estaba hecho”.
“Me empaló sin preguntarme nada”, comentó entre sollozos Jade, quien añadió que el comportamiento de DSK demostraba que no le tenía mucho respeto.
Strauss-Kahn puntualizó algo más tarde que “la práctica sexual de aquella noche puede no haberle gustado a Jade, pero eso no tiene implicaciones sobre el hecho de que hubiera prostitutas”.
Preguntado por la Fiscalía sobre si la mujer le había señalado que le pagaban por sexo, el antiguo “número uno” del FMI respondió que Jade le había contado que “le pagaban por bailar, por espectáculos de danza”.
“Me dijo que era una libertina, que hacía un espectáculo de baile y que se daba el caso de que escogiera a alguien para hacer el amor delante de los demás”, indicó.
“En ese club, me dijo que hacía un espectáculo de baile. Habría podido decirme también que hacía de cocinera o de pinchadiscos”, señaló DSK.
Con ironía reconoció que en ese tipo de clubes también hay prostitutas, pero que no es habitual.
“Sí, existen. Es como los peces voladores: existen pero no son frecuentes”, dijo Strauss-Kahn, quien subrayó que no se dio cuenta que su compañera sexual estaba sufriendo durante el acto.
“Debo de tener una sexualidad más ruda que la media de los hombres y que no les gusta a algunas mujeres”, indicó antes de insistir en la idea de que no le gustaba la prostitución, que “es un atentado a la libertad humana de las mujeres”.
DSK está acusado de proxenetismo agravado por su presunta implicación en una red de prostitutas a su servicio que se había constituido en torno al hotel Carlton de Lille.
Ese delito está penado en Francia con hasta 10 años de cárcel y 1,5 millones de euros de multa. EFE