Las fuerzas el Gobierno de Ucrania empezaron a retirarse el miércoles de la ciudad de Debáltsevo, en el este del país, después de un feroz asalto de los separatistas prorrusos que, según Europa, violó un alto el fuego recientemente pactado, reseña reuters.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, dijo antes de volar a Debáltsevo que más del 80 por ciento de sus tropas ya se habían retirado de este importante centro ferroviario, tras un intenso bombardeo y combates callejeros a pesar de la tregua que entró en vigor el domingo.
Los rebeldes dicen que el alto el fuego, negociado por Ucrania, Rusia, Alemania y Francia en una cumbre celebrada en Bielorrusia la semana pasada, no se aplica a Debáltsevo, que une las dos regiones del este de Ucrania controladas por los rebeldes, Donetsk y Luhansk.
Poroshenko y Occidente dicen que el asalto rebelde está siendo reforzado por tanques rusos, artillería y soldados, aunque Moscú niega haber enviado fuerzas para unirse a la batalla por una región que el presidente Vladimir Putin ha llamado “Nueva Rusia”.
“Las acciones de los separatistas respaldados por Rusia en Debáltsevo son una clara violación del alto el fuego”, dijo en Bruselas la jefa de Política Exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, incrementando las críticas de Occidente a la ofensiva rebelde en esa ciudad.
“La UE está lista para tomar acciones apropiadas en caso de que continúen los combates y otros acontecimientos negativos en violación de los acuerdos de Minsk”, dijo, en aparente amenaza a más sanciones económicas sobre Moscú.
Un portavoz del Gobierno alemán dijo que el acuerdo de Minsk había sido dañado, aunque tenía sentido intentar implementarlo.
Putin no mostró signos de que vaya a enmendar su posición sobre la crisis en Ucrania el martes por la noche, ya que instó a los líderes prooccidentales de Kiev a que permitan que sus soldados se rindan para evitar más derramamiento de sangre.
Horas después, la retirada de las tropas ucranianas estaba en marcha. Un testigo de Reuters vio a soldados exhaustos, con los rostros ennegrecidos, algunos en columnas, otros en autos, llegando a Artemivsk, unos 30 kilómetros al norte de Debáltsevo.
Comandantes leales a Kiev dijeron que algunos efectivos se habían retirado, aunque había reportes de combates aún en la ciudad. Un corresponsal de Reuters cerca de Debáltsevo vio humo negro elevándose sobre la ciudad y escuchó fuertes explosiones horas después de que comenzara la retirada.
“La retirada de las fuerzas desde Debáltsevo está teniendo lugar de una forma planeada y organizada”, dijo Semen Semenchenko, que dirige el batallón paramilitar de Donbass.
“El enemigo está intentando cortar las carreteras e impedir la salida de las tropas”, publicó en Facebook.
Las noticias sobre la retirada afectaron inmediatamente a los mercados financieros, y aumentó a máximos récord el coste de asegurar la deuda ucraniana contra el impago y los diferenciales entre bonos ucranianos y los referenciales de Estados Unidos.
El rublo permanecía bastante estable frente al dólar.
Retirada de armas pesadas
Incluso antes de que las fuerzas ucranianas fueran obligadas a retirarse, el acuerdo de paz alcanzado la semana pasada casi había colapsado, con ambas partes incumpliendo la retirada de armamento pesado como se requirió después de que los rebeldes se negaran a detener su avance.
La agencia de noticias Interfax citó a la autoproclamada República Popular de Donetsk diciendo que los separatistas comenzaron a retirar artillería de las áreas en manos de los rebeldes en el este de Ucrania donde habían cesado los combates.
Los rebeldes incrementaron su ofensiva sobre Debáltsevo casi inmediatamente después de firmarse el acuerdo para poner fin al conflicto, en el que han muerto más de 5.000 personas.
El acuerdo daba a ambas partes hasta el domingo para deponer las armas, provocando que algunos analistas sugirieran que los rebeldes sentían que podrían tomar la ciudad en ese plazo.
A pesar del llamamiento público de Putin para una rendición, Rusia patrocinó una resolución adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU que pedía a ambas partes implementar el acuerdo, expresando su “grave preocupación” por la violencia.
Rusia ya se ha anexionado la península ucraniana de Crimea, y los países occidentales creen que el objetivo de Putin es establecer un “conflicto congelado” en el este de Ucrania, ganando ventaja estratégica sobre un país de 45 millones de habitantes que busca la integración con Europa.