Leonardo Morales P: Golpe electoral

Leonardo Morales P: Golpe electoral

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Los venezolanos tenemos algunas preferencias, afinidades, hobbies y somos aficionados a alguna actividad deportiva. No es una particularidad de los nacidos en estas latitudes, también ocurre con otras naciones

Aun cuando fuimos colonizados por los españoles nuestra afinidad no se inclina por el futbol sino por el béisbol. Aficionados y defensores de franquicias de aquí y, para disgusto del gobierno, seguidores del béisbol norteamericano que concentra más de cien venezolanos en los actuales momentos.





El fanatismo nos lleva a la irresponsabilidad y a poner en juego el sostén de vida: si quien atiende la cafetería de algún comercio siente que su equipo ha perdido un juego de manera vergonzosa evitará ir a laborar para no cargar con la chanza de los  contrarios, pero alguien le servirá el café mientras se recupera el dolido empleado.

De béisbol oirá hablar y comentar en panaderías, restaurantes, bares, tascas y variados lugares donde se dan cita una entusiasta afición que discutirán hasta alzar la voz a niveles insospechados para defender el honor de su divisa. El béisbol de práctica deportiva deriva en una práctica de efusiva sociabilidad.

La otra gran afición que ocurre en iguales espacios es el de la política. No hay lugar de Venezuela donde no se comente sobre el acontecer nacional, sobre las barbaridades dichas por un presidente, diputado o concejal, sobre las últimas medidas económicas que esconden una macrodevaluación, etc.

Nuestra especialidad pareciera ser el Golpe. No es extraño que así sea, en fin de cuentas nuestra historia está nutrida de alzamientos, golpes e insurrecciones. Cada vez que las cosas andan mal alguien dirá que hace falta un hombre fuerte en alusión directa al caudillo o militar que ponga orden, el “gendarme necesario” de Vallenilla Lanz.

Desde el inicio de la era democrática todos los intentos por derrocar al gobierno democráticamente electo han fracasado: Venezuela parece haberse alejado de la violencia como medio para superar sus problemas, sin embargo, como práctica deportiva se oirá decir “hay ruidos de sables”, expresión que representa el murmullo y descontento en el seno las fuerzas militares. Por lo común semejantes anuncios lo lanzaban a los cuatro vientos los sectores opositores para anunciar al país la crisis de gobernabilidad del gobierno de turno. Las cosas han cambiado y mucho.

Ahora es el propio presidente quien le anuncia al país que un plan golpista, tonto e inverosímil, intenta dar cuenta del gobierno. Es el propio gobierno quien le anuncia al país que su actuación frente al poder es deficiente, que su legitimidad es cada vez más frágil. Tanta sinceridad abruma.

Los venezolanos podrán seguir debatiendo de béisbol y de golpe en la misma barra de un ocasional o consuetudinario bar, el magallanero insultará al caraquista y viceversa, también le pondrán melodía al ruido de sables, pero golpe no habrá.

Los desaciertos del gobierno corresponde a los demócratas calificarlos a través de elecciones y las parlamentarias del 2015 son extraordinarias para reprobar el gobierno y el modelo. El golpe, si viene, es electoral.

@leomoralesP