La presidenta argentina, Cristina Fernández, rechazó hoy por “opositora” la multitudinaria manifestación en homenaje al fallecido fiscal Alberto Nisman realizada el miércoles pasado y aseguró que la marcha representó la aparición de un “Partido Judicial” opositor al Poder Ejecutivo.
La mandataria se refirió por primera vez a la marcha del pasado miércoles en un mensaje publicado hoy en su página web donde criticó a los fiscales y jueces que la organizaron en honor a Nisman tras considerar que la movilización “no fue para nada un acto de homenaje a una persona trágicamente fallecida”.
“El 18F (18 de febrero) no es el homenaje a un fiscal, ni siquiera un reclamo insólito de justicia, sino el bautismo de fuego del Partido Judicial”, sostuvo la jefa de Estado argentina.
El pasado 18 de febrero, una multitud marchó en Buenos Aires para reclamar en silencio y bajo un aguacero el esclarecimiento de la muerte de Nisman, que investigaba el atentado en 1994 contra la mutualista judía AMIA, donde murieron 85 personas.
El fiscal fue hallado muerto el pasado 18 de enero, en su apartamento, con un tiro en la cabeza, en circunstancias aún sin aclarar, cuatro días después de denunciar a Fernández por supuesto encubrimiento a los iraníes acusados del atentado contra la AMIA.
Basado en la denuncia de Nisman, el fiscal Gerardo Pollicita solicitó la semana pasada la imputación de la presidenta argentina, del canciller Héctor Timerman y otros funcionarios.
Pollicita hizo su presentación ante el juez argentino Daniel Rafecas, que deberá decidir esta semana si da curso al pedido y a unas 50 medidas de prueba requeridas por el fiscal.
Pese a que varios integrantes del oficialismo condenaron la movilización por el supuesto sesgo opositor, la mandataria argentina había guardado silencio sobre la marcha y sobre la muerte del fiscal.
“Resulta curioso que cuando hablo de lo que algunos no quieren, un fiscal me exige que me calle, y cuando no hablo de lo que ellos quieren, me reclaman que hable”, apuntó.
Fernández también calificó de “absurda y políticamente armada” la cifra de asistentes a la marcha difundida por los medios de comunicación argentinos, que estimaron la presencia de unas 400.000 personas.
La presidenta argentina adjudicó el número a que el “Partido Judicial” debe aparecer con “respaldo masivo” que “avale y dé aires de legalidad a cualquier mamarracho judicial, independientemente de lo que digan las leyes, los códigos de fondo y de forma y hasta la mismísima Constitución”.
“Tanto en lo gestual como en las palabras y en lo ostensiblemente visible, el 18F fue decididamente una marcha opositora, convocada por fiscales y apoyada por jueces y todo el arco político opositor”, añadió Fernández.
Tras la publicación del mensaje, los principales representantes de los partidos de oposición criticaron con dureza las palabras de la presidenta.
“Es muy triste que un jefe de Estado denoste a miles de ciudadanos que, con tristeza, marcharon en silencio pidiendo verdad y justicia”, sostuvo la diputada nacional del bloque Unión Pro Laura Alonso.
Para la legisladora, la presidenta “no está a la altura de las circunstancias del cargo que ocupa y del momento histórico que estamos viviendo”.
“La publicación no ayuda a traer más claridad ni tranquilidad a todos aquellos que sentimos que la democracia en nuestro país está en riesgo”, remarcó Alonso.
Su compañera de bloque, la diputada Patricia Bullrich, también rechazó la calificación de “opositora” a la marcha del pasado 18 y aseguró que en la manifestación la gente no habló de la mandataria.
Para Bullrich, la presidenta argentina, con sus dichos, “se acerca peligrosamente al discurso de (Nicolás) Maduro en Venezuela”.
En tanto, el líder del gremio de los empleados judiciales, Julio Piumato, lamentó que representantes del oficialismo “no hayan estado ahí para escuchar la voz del pueblo” y aseguró que “decir que hay un partido judicial es desvirtuar la realidad”.
La Iglesia católica en Argentina se sumó también a los reclamos por la muerte del fiscal, cuando el titular del Episcopado, José María Arancedo, pidió respetar la “independencia del Poder Judicial”.
La movilización, de la que participaron la jueza Sandra Arroyo Salgado, exesposa del fiscal, y una de sus hijas, transcurrió el miércoles pasado entre el Congreso y la Plaza de Mayo de Buenos Aires, frente a la sede del Ejecutivo argentino y en las cercanías de la Fiscalía que conducía Nisman.
Más de un mes después de la muerte, la Justicia argentina no ha logrado pruebas concluyentes, mientras que la familia del fiscal descarta que haya sido un suicidio. EFE