El derrumbe de Petróleos de Venezuela año a año

El derrumbe de Petróleos de Venezuela año a año

(Foto Reuters)
(Foto Reuters)

 

Caracas (Especial para Inteligencia Petrolera). El derrumbe de Petróleos de Venezuela se inició el 6 de diciembre de 1998. La noche de aquel día, Hugo Chávez, como Presidente electo de la República, dirigió sus primeras palabras para señalar que Pdvsa debía volver a servirle a la nación y no seguir siendo un “Estado dentro de otro Estado”. Así lo escribe en un trabajo especial José Suárez Núñez

El primero de febrero de 1999 nombró presidente de Pdvsa a Roberto Mandini, un veterano del negocio petrolero que había sido transferido a presidente de la Citgo Petroleum Corporation.

Mandini sólo pudo resistir 7 meses de presión y el 30 de agosto de 1999 renunció. Fui a entrevistarlo y me dijo frontalmente: “yo no renuncié, me botaron”. Su destitución sería la primera señal de que “la meritocracia” tenía sus días contados, al igual que el estilo comercial de operar la industria petrolera venezolana.

El gobierno nombró en los primeros días de septiembre de 1999 a Hector Ciavaldini, quien sería sustituido el 20 de octubre del 2000, por el general Guaicaipuro Lameda, posteriormente reemplazado por  Gastón Parra Luzardo el 13 de octubre de 2002.

Los períodos presidenciales de Pdvsa eran de cuatro años, y en menos de ese tiempo fueron despedidos tres presidentes. Y por teléfono.

A la semana de ser nombrado,  Parra Luzardo fue a almorzar al comedor de los empleados en la planta baja del edificio de La Campiña, en el este de Caracas, y  fue recibido por un espectacular “cacerolazo”, usando como instrumentos de percusión los platos y cubiertos. La protesta fue en rechazo a la junta directiva recién nombrada (que nunca tomó posesión), que estaba compuesta por personas de la industria y otros externos, seguidores fervientes del gobierno, que no cumplían con los requisitos de la meritocracia: el sistema que regía para enrolar el personal de la empresa.

Gastón Parra Luzardo: renunció a la presidencia de Pdvsa al no poder impedir la huelga petrolera de 2002

El 14 de abril del 2002,  Parra Luzardo renunció voluntariamente al cargo de presidente de Pdvsa, por no poder evitar la huelga petrolera: que fue utilizada por su cuenta por unos militares conspiradores, sin nexos reales con la protesta de los petroleros, y que sacaron al presidente Chávez del poder por 48 horas. Se aprovecharon, además, que millares de venezolanos desfilaron por las calles y avenidas  hacia el Palacio Presidencial pidiendo la salida del mandatario.

El presidente Chávez  retornó al poder y a finales del 2003 ya tenía el control administrativo y político de Petróleos de Venezuela, luego de realizar sustanciales cambios. Rafael Ramírez fue designado Ministro de Energía y Petróleo, y simultáneamente ocupó el cargo de Presidente de Pdvsa. Durante más de 10 años ostentó las dos posiciones.

Los estatutos de la empresa comercial fueron eliminados y se convirtió en una empresa política. Una ley del Banco Central de 2005 le quitó la autonomía financiera a Pdvsa y los ingresos financieros de la exportación de petróleo fueron desviados hacia varios Fondos, sin la obligación de rendir cuenta de sus operaciones.

Antes y ahora

Rafael Ramírez: ejerció simultáneamente el Ministerio de Energía y Petróleo y la Presidencia de Pdvsa: durante más de 10 años.

Antes de llegar Chávez al poder,  la producción de Pdvsa era de 3,3 millones de barriles diarios y había una nómina de 44.500 personas.

En la actualidad la producción es de 2.6 millones de barriles diarios y la nómina de 139.000 trabajadores. La deuda corporativa era de 3.400 millones de dólares y actualmente es de 46.000 millones de deuda financiera y las deudas a proveedores suman 86.000 millones de dólares. La empresa tiene 19 demandas en tribunales internacionales. La famosa

Faja del Orinoco, después de cambiarle varios veces su nombre original, ahora es “campo Hugo Chávez”. Tiene las mayores reservas del mundo: 262.000 millones de barriles.

Una costumbre interna autorizaba a los empleados de La Campíña (sede de Petróleos de Venezuela ) que los viernes podían trabajar sin traje, pero sí camisa y corbata. La nueva Pdvsa  mantuvo esa “costumbre” pero hizo una exigencia:que la camisa fuera roja.

Nunca los petroleros pusieron fotos de los presidentes de la República en las oficinas, ni siquiera la de Carlos Andrés Pérez, que fue el nacionalizador del negocio. A partir del 2003, en todas las oficinas aparecen fotos de Chávez. Era un culto a la personalidad, como si compitieran con Corea del Norte.

Muy pronto explotaron los casos irregulares.

Un día apareció en los medios internacionales que un avión fletado por Pdvsa y con varios ejecutivos a bordo fue detenido en el aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires, y decomisaron a uno de los pasajeros,  Guido Antonini Wilson, una valija que contenía 800.000 dólares.

Los medios argentinos registraron posteriormente que el contenido de la valija era un aporte de Venezuela a la campaña electoral argentina, a favor de Cristina Fernández. Venezuela no hizo seguimiento del suceso.

Otro día, los medios internacionales rebotaron a los medios caraqueños, que el ciudadano venezolano Francisco Illaramendi  estaba siendo investigado por la Bolsa de Valores de New York por irregularidades y engaño a los accionistas, y operando un fondo de valores  ue había  recibido 500 millones de dólares del Fondo de los Trabajadores de Pdvsa, con la autorización de la directiva de la empresa.

Otro día más, con la esperanza de encontrar gas, un semisumergible taladro de perforación se hundió en el golfo de Paria, al nororiente del país, y nunca más se habló del asunto y no se hizo referencia en el informe anual de operaciones correspondiente.

La empresa ha operado bajo continuos sobresaltos y decisiones estrafalarias reñidas con el negocio petrolero, lo que la ha llevado al borde de un abismo operativo y financiero.

Como, por ejemplo, cuando Pdvsa anunció que estaban haciendo los estudios para instalar un gasoducto que llevaría el gas desde  Venezuela hasta los hogares de Buenos Aires, atravesando miles de kilómetros. Ese entretenimiento duró varios meses y hasta dieron opiniones sobre el tema los presidentes Lula da Silva y Néstor Kirchner de Argentina.

¿Cómo se iba a realizar, si Pdvsa tiene un déficit de 2.500 millones de pies cúbicos de gas, y compra a Colombia 200 millones de pies diarios.

Durante muchos años, la industria petrolera venezolana exportaba hacia Estados Unidos un aproximado de 150.000 barriles diarios de gasolina reformulada. La actual situación es que Pdvsa importa un aproximado de 100.000 barriles diarios de gasolina y diésel.

El (des)negocio con China

Una de las decisiones gubernamentales que alertó a la opinión pública fue iniciar la venta de petróleo a futuro con el gobierno de China. No es usual que lo hagan las empresas petroleras internacionales, porque se pierde el destino del petróleo y se debilita el precio.

Venezuela se involucró en una transacción de unos 45.000 millones de dólares con el gobierno de China, que  tenía una crítica inicial: Pdvsa renunció a la cláusula de destino y el comprador no está obligado a llevar el cargamento a su país: puede venderlo en el trayecto a un mejor precio,  si tiene alguna oferta.

La industria petrolera inició una política de favoritismo y de entrega de contratos a amigos, que condujo a una protesta de varios legisladores del gobierno y a una interpelación en la Cámara de Diputados, para investigar la presencia de “empresas de maletín”. Para contar la historia más rápidamente: a la interpelación fue citado el vicepresidente de Exploración y Producción, Luis Vierma y respondió: “a mi me ordenaron que otorgara el contrato a la empresa ( señaló el nombre) y cumplí instrucciones.”

No se han celebrado más interpelaciones legislativas.  La empresa era invisible, tenía  un capital de solo 1 millón de bolívares y el contrato eran de cientos de millones de dólares. Meses después Vierma fue sustituido y  desapareció del escenario petrolero.

Una estrategia que estrenaron las empresas chinas antes de las operaciones de “venta de petróleo a futuro”, era participar en las licitaciones con dos compañías del mismo empresario. Una hacía una oferta alta y la otra baja. Resultado: no perdía nunca ninguna licitación. Otra práctica que estuvo de moda, era que la compañía que ganaba un contrato era llamada a una reunión donde le exigían una comisión de 20%. Si no lo daba, consideraban anulada la licitación.

Si alguien se asoma a la pagina web de Pdvsa, verá desierto el espacio correspondiente a contratos. Sólo aparecen las condiciones para participar, pero ninguna licitación.

La Faja del Orinoco fue dividida en cuatro grandes secciones y 56 bloques. Se han entregado unas tres docenas a “dedo”, pero ninguna licitación, incluyendo a países que no tienen actividad petrolera.

La creación de PetroCaribe es una de las mayores sangrías de dinero. Entregan a los 18 miembros del organismo un determinado número de barriles y pagan la factura petrolera en los siguientes términos: la mitad en los primeros 90 días y si no tienen recursos pueden hacerlo con productos agrícolas. La otra mitad a 15 años, con 1  año muerto con intereses de menos del 3 por ciento

Pero, en resumen, y enumerados aquí está la fotografía de la Pdvsa de hoy:

  • Los estados financieros anuales auditados aparecen con meses de atraso y en algunos ocasiones los auditores dicen que no son responsables de determinadas montos.
  • Está paralizado el desarrollo del gas en la plataforma deltana, desde hace una década.
  • El proyecto Cristobal Colón para desarrollar el gas en el golfo de Paria, en los campos Caribe, Mogollones, Dragon  y Patao, le cambiaron el nombre por proyecto Mariscal Sucre. Fue descubierto en 1979. Lleva paralizado  35 años.
  • El simbólico Lago de Maracaibo que llegó a producir 1.5 millones de barriles diarios, ahora no bombea ni 700.000 barriles diarios. Un experto petrolero explicó, que por la falta de mantenimiento, los pozos tiene mas de 3 millones de barriles de agua.

El simbólico Lago de Maracaibo bombea la mitad del petróleo que solía producir. (Vetu-TV)

  • La sociedad con Cuba es muy singular. Recibía 93.000 barriles diarios y adicionalmente más crudos que procesaba la refinería de Cienfuegos. Una información internacional de traders registró que Cuba exportaba a países africanos montos importantes de gasolina, mientras Pdvsa importaba gasolina de Estados Unidos para atender el mercado doméstico local.
  • Las 4 refinerías venezolanas no están activas todas todos los días. Siempre hay alguna con problemas, trabajando a media máquina y la mayoría de las veces con la unidades productoras de gasolinas y diésel con fallas, lo que explica la continua importación de gasolinas y otros líquidos. La tragedia por el incendio de  Amuay con docenas de muertos y paralizada casi un año, no fue reportado en el informe anual de Petróleos de Venezuela.
  • El gobierno de Venezuela, según compiladas por organizaciones especializadas, en declaraciones del ex presidente Chávez  en Alo  Presidente y en sus viajes al exterior se había prometido construir 35 refinerías.
  • Los taladros activos que reporta la firma Baker Hughes son inferiores a las que publicita Petróleos de Venezuela,  y la producción de crudos y gas que reportan nunca coincide con las de la Opep.
  • Se vendieron las seis refinerías de Alemania y tres en Estados Unidos, para comprar dos: una en Cuba y otro en Jamaica.
  • Pdvsa como una empresa de energía eliminó la fabricación de la Orimulsión y las operaciones de las minas de carbón.
  • Se retiró de la Security Exchange Commision (bolsa de valores de Nueva York), lo que no le permite recibir préstamos de los bancos estadounidenses, porque esa organización tiene como el ADN financiero de un país, o una empresa.
  • 14.000 pozos cerrados por falta de mantenimiento.
  • Cientos de memorándum de entendimiento y acuerdos firmados que nunca se han publicado.

Al cierre de 1999 después de 82 años de actividad petrolera, había ingresado al fisco 383.000 millones de dólares. Desde esa fecha hasta 2014 el monto de divisas por exportaciones petroleras se acerca a 400.000 millones de dólares.

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