De un balazo que salió del arma de reglamento de un efectivo de la Policía Nacional Bolivariana fue asesinado vilmente el joven de 14 años, Kluiverth Roa, este martes en el marco de unas protestas en las inmediaciones de la Universidad Católica del Táchira (UCAT) de San Cristóbal, estado Táchira.
Una vida llena de futuro fue segada por la desmedida acción de un régimen que, lejos de garantizar la vida de los venezolanos tan diezmada por los niveles altísimos de inseguridad, lanza la resolución 8610 del Ministerio de la Defensa, que autoriza y prácticamente emplaza al uso de armas letales en manifestaciones.
Por eso, una vez que conocimos esa cobarde propuesta del Ministro de Defensa hace un mes, la condenamos de forma inmediata públicamente porque significaba una abierta medida, un permiso para matar y una apología al delito además de una flagrante violación de la Constitución y de todos los acuerdos y tratados internacionales que abogan por el respeto a la vida.
No bastan las excusas de la Fiscal General que, una vez que conoció el indefendible asesinato, lo condenó. O las declaraciones de Maduro al afirmar que ordenó una investigación sobre el hecho y a su vez trató de inculpar a los que protestan con palos y piedras y no a los que disparan balas y perdigones.
La responsabilidad debe recaer sobre todos aquellos que han defendido y encubierto el asesinato de venezolanos porque aquí la única víctima no es Kluiverth Roa. El año pasado hubo 46 víctimas mortales en las protestas. Y si a esto sumamos los más de 200 mil asesinatos en lo que va de revolución, hablamos no sólo de incapacidad para resolver este problema sino además de que lo han agravado a través de 21 planes fallidos de seguridad.
Por esa ineficiencia es por lo que intentan acusar a otros del problema. Buscan perseguir a quienes proponemos planes de seguridad, a quienes queremos defender con dignidad nuestra democracia y condenamos la persecución y asesinato de venezolanos. Intentan torcer nuestras declaraciones y pronunciamientos siempre apegados a lo que reza la Constitución Nacional, y con la tesis de que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, nos acusan de generar violencia cuando la violencia la generan quienes le disparan al pueblo. Quienes torturan en “Tumbas”. Quienes descalifican y han acabado con la producción nacional. Aquí los corruptos son ellos. Los que persiguen son ellos. Los que disparan son ellos. Los que violan la Constitución son ellos. Nuestra respuesta es denunciarlos, trabajar sin miedo.
Ayer Maduro señaló sin pruebas a Voluntad Popular en el Zulia de ser responsables de las protestas en Maracaibo y de generar violencia. Algún día nos culpará de la inseguridad, de que disparen contra el pueblo, de las colas, de cualquier hecho. Porque la verdad es que le temen al crecimiento de un partido que no negocia con los corruptos. Que crítica sin miedo a su régimen. Que sale y saldrá a defender al pueblo y que tiene entre rejas a Leopoldo López, el líder que la gente quiere, porque saben que perdieron hace tiempo la poca aceptación del pueblo que tenían.
@LesterToledo