La ubicación y desactivación de las minas terrestres antipersonales sembradas en Colombia durante más de medio siglo de conflicto demoraría 10 años, dijo el lunes el presidente Juan Manuel Santos, para quien el acuerdo sobre desminado logrado con las FARC aumentará el optimismo frente al diálogo de paz, reseña reuters.
El pacto para desminar áreas selváticas y montañosas del país sudamericano, anunciado el sábado en La Habana por el Gobierno y las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), es el primer paso concreto en la negociación para reducir la intensidad de la violencia interna que ha dejado unos 220.000 muertos.
“Yo creo que en el año 2025 podríamos decir: Colombia, libre de minas”, declaró Santos en el programa semanal de televisión del Gobierno.
Colombia es uno de los países más afectados del mundo por las minas, de acuerdo con Naciones Unidas.
Las estadísticas del Gobierno revelan que desde 1990 más de 11.000 personas han resultado mutiladas o muertas por la explosión de minas, la mayoría efectivos de las Fuerzas Militares. Y un 10 por ciento del total de las víctimas han sido niños.
Santos no mencionó el costo del proceso de desminado, pero dijo que en 31 de los 32 departamentos del país se han registrado accidentes con minas.
En los diálogos de Cuba, que han logrado más avances que todos los esfuerzos anteriores para la paz, las partes han llegado a acuerdos sobre desminado, para dar acceso a la tierra a los campesinos pobres, facilitar la transformación de la guerrilla en un partido político y combatir el narcotráfico.
Pero todavía quedan pendientes asuntos complicados como la compensación a las víctimas y el fin del conflicto. Una vez que se alcance un acuerdo, los colombianos deben aprobarlo en una consulta o un referendo.
Santos afirmó que acuerdos como el de desminado es un paso concreto que va a permitir contrarrestar el pesimismo de los colombianos frente al proceso de paz.
“Comienza a desvanecerse el escepticismo”, dijo Santos al agregar que la gente empieza a decir: “esto va en serio”.
Las FARC, que cuentan con unos 8.000 combatientes, declaró un cese unilateral e indefinido al fuego desde el 20 de diciembre pasado, lo que se ha evidenciado en una reducción de la intensidad del conflicto.
Aunque la negociación se cumple en medio de la confrontación en la que son frecuentes los ataques, combates y bombardeos en montañas y selvas del país, Santos envió a un grupo de militares a La Habana para discutir con las FARC medidas para reducir la intensidad del conflicto, incluyendo un posible cese bilateral del fuego, algo a lo que se oponía al inicio del diálogo.