En la sede de la policía política del régimen (Sebin) se presentó una persona diciendo que era enviado por el Defensor del Pueblo Tarek William Saab y quería hablar con el director.
– ¿Ciudadano, que se le ofrece?
Vengo con la misión de acondicionar las “Oficinas” que tienen ustedes en los sótanos de esta institución.
– ¿Te refieres a los calabozos?
Bueno, ese es un término muy peyorativo, comúnmente usado por los opositores golpistas. El poeta defensor prefiere hablar de “Oficinas” por ser este un término más humanitario.
– Y cuál es tu experiencia como acondicionador.
Comencé mi trabajo, en el Centro Clandestino de Detención en Argentina durante la dictadura militar. Luego, fui transferido a la Escuela Superior de Mecánica de la Armada en Buenos Aires donde recibí los máximos honores por parte del régimen. Posteriormente, Raúl Nogueira Lima, Jefe del Departamento de Orden y Política Social (DOPS) de la policía política brasileña especialista en movimientos estudiantiles, contrató mis servicios y allí también me otorgaron altas distinciones por parte de la dictadura. Mi doctorado, en proyectos de “oficinas” lo obtuve en el Ministerio del Interior en Cuba. Allí, puse en practica todas las directrices de los Hermanos Castro y al final fui condecorado con la Orden “La Cabaña” llamada así, por ser este el centro de mayor represión en la isla al comienzo del régimen…..y aquí estoy atendiendo el llamado de los hermanos socialistas del siglo XXI.
– Carajo, con ese curriculum, no me queda más que preguntarte ¿Cuál es el proyecto?
Bueno, en esa materia debo decirle que el hecho de estar las “oficinas “en el quinto sótano, ya es una ventaja. Ayuda, esta ubicación a generar estados de ansiedad y sofoco a los que allí residan. Además, serán siete espacios 2×3 que estarán ubicadas de forma continua, una después del otro, por lo que los “Residentes” no pueden verse. Piso y paredes blancas, rejas grises, con una apertura por donde les meten la comida. Cama de cemento blanco, mesa de cemento blanco. Los “Residentes” pasan las 24 horas del día encerrados en ese 2×3, vigilados por cámaras y micrófonos. Sólo estiraran las piernas cuando suene un timbre interno para ir al baño, y las veces en que no lo toquemos, tienen un pote previsto para esa emergencia. No hay otro color. Sólo blanco y gris. No hay sonido, sólo sus voces, no hay ni sol, ni luna, ni tiempo, porque no tienen reloj, por lo que no tienen noción de la hora, y no se saben si realmente es de día o es de noche.
– Me parece bien, dijo el director. A esos presos o “Residentes” como tú los llamas no le debemos tener contemplación o misericordia de ningún tipo. Preso es preso y su apellido candao…que no se te olvide en el proyecto, señalar que los ocupantes de las oficinas, tampoco tendrán derecho a tomar el sol en el patio de la institución.
– Seguro mi director, así será. Permiso para retirarme. Voy a una cita con el poeta.
Transcurrido un breve lapso, llega el acondicionador al despacho del Defensor.
– ¿Como te fue con el jefe del Sebin? Preguntó Tarek, interrumpiendo su sesión diaria de físico culturismo.
Muy bien poeta, todo salio como lo habíamos previsto. Ya puede anunciarle al país que en el Sebin no hay calabozos sino “Oficinas acondicionadas”
– Que bien, sabía que con tu experiencia no me podías fallar….dijo el poeta y mirándose en un espejo preguntó ¿Espejito, quien es el venezolano más parecido a Arnold Schwarzenegger?……pero el sueño narcisista fue interrumpido cuando escuchó la consigna que entonaban los estudiantes, inspirados en Ismael Rivera, frente a su despacho:
……De las tumbas quiero irme/ no se cuando pasará/ las tumbas son pá los muertos/ Y de muerto no tengo Ná.
Ay, ay, ay, me desmayo, llamen a la policía para que se lleven a esos conspiradores, oligarcas, imperialistas para las oficinas…decía lloroso el poeta.