“Si la Independencia se la debemos a Caracas, la República de Venezuela se la debemos a Peña y a Valencia”. Monseñor Gregorio Adam
Miguel Peña fue un prócer de nuestra independencia, quien a lo largo de su vida alcanzo grandes hazañas, pero sin lugar a duda su mayor logro fue junto a Páez en el Congreso Constituyente de Valencia de 1830, donde nace gracias a ellos la República de Venezuela.
185 años después, la parroquia más grande de Carabobo y una de las más grandes del país, lleva por nombre Miguel Peña, en honor a este gran prócer. Esta cuenta con una población aproximada de 550.000 habitantes y unos 200 kilómetros cuadrados de superficie.
El pasado jueves estuve conversando con algunos ciudadanos de la parroquia en un grupo focal, el cual tenía como finalidad conocer cuáles son los principales problemas que afectan a la parroquia, pero más allá de esto, buscar soluciones que nazcan en el seno de sus propios habitantes.
Dentro de la parroquia existe una gran cantidad de problemas, pero los más críticos son inseguridad, el agua y la basura. Los índices delictivos son realmente críticos, el problema de la recolección de basura se puede sentir al ver calles e islas llenas de bolsas, y el agua puede pasar inclusive hasta semanas sin aparecer en algún grifo.
Lejos de todos estos problemas, la riqueza más grande que tiene Miguel Peña es su gente que sale bien tempranito por la mañana a trabajar, que debe improvisar para poder hacer frente a la crisis económica que vivimos. Son estas personas trabajadoras los que necesita nuestro país para ser mejor.
En nuestra conversación fue unánime que ha llegado el momento de elevar la parroquia a municipio, algo que sin duda lo convertiría en el más grande del estado Carabobo. En mi opinión no existe duda de que Miguel Peña cuenta con todas las atribuciones necesarias para ser un municipio.
Algo a lo que también hicimos énfasis en nuestro dialogo, fue que en la parroquia existe mucho talento, jóvenes emprendedores, artistas, líderes culturales, luchadores sociales, líderes comunales que dedican gran parte de su tiempo en la búsqueda de soluciones que haga a Miguel Peña un mejor lugar para vivir.
Hoy a pesar de la difícil situación que a travesamos, en Miguel Peña hay esperanza de que el país va cambiar, gran parte de sus habitantes han entendido que la solución está en nuestras manos, que con esfuerzo y trabajo podemos ser cada día mejores e independientes.
Estoy convencido que el talento venezolano es lo que nos hará ser un mejor país, y si algo no falta en Miguel Peña es gente con talento.