Jennifer López, tal y como os demostrábamos hace un par de semanas, es la reina del escote.Sin embargo, anoche la cantante decidió ir más recatada, por la parte de arriba, porque la minifalda del vestido era digna de quien puede lucir unas piernas como las suyas.
La artista acudió a un fiesta en Los Ángeles organizada por el programa ‘American Idol’ y posó en el ‘photocall’ con un diseño de Marchesa de lo más original: ceñido para remarcar las curvas de su trasero y mangas transparentes acabadas en puños blancos.
Como blanco, con estampado en dorado, era el vestido en sí que consiguió convertirla en la gran estrella de una noche en la que Keith Urban, marido de Nicole Kidman, quedó relegado a un segundo plano.
JLO completó el estilismo con un clutch blanco y unos salones nude firmados por Casadei.
Ingresa AQUÍ para ver las demás fotos