Debido a que su pensamiento y acción se orienta en un sentido totalmente contrario al espíritu y mandato de un organismo regional de la talla de la OEA, el embajador Roy Chaderton se constituye en un verdadero peligro para la organización americana, sostiene el dirigente y abogado Joaquin Chaparro.
De acuerdo a Chaparro, el diplomático representante de Venezuela manifestó el más exacerbado odio, intolerancia, discriminación, y desprecio por la vida humana, aspectos que en el fondo lesionan la misión, visión y actuación del organismo internacional americano, encargado de velar por el respeto de los derechos humanos y de la vigencia de la democracia. La OEA no es una tribuna del gobierno de Nicolás Maduro, ni muchos menos es el SEBIN, donde torturan, sino la principal institución del continente que cobija la mayor parte de los países americanos en pro de que cada nación miembro vele por el respeto de los derechos humanos como premisa básica de convivencia social.
Considera el dirigente político que la OEA fue creada hace más de un siglo con el compromiso democrático de trabajar por el bienestar de los ciudadanos latinoamericanos y, por ello, es inaceptable que un diplomático use esa investidura para convertirse en un francotirador de la peor calaña al asumir una postura de corte fascista, por razones de no tolerar las ideas políticas de la oposición venezolana. Para Chaparro, es inaceptable que en la OEA se siente plácidamente en uno de sus sillones una persona de pensamiento nazi porque de hecho se constituye en una verdadera amenaza hacia la Organización. Ello queda claro con las palabras de elogio a la muerte de Chaderton quien en vez de actuar en consonancia con los cuatro pilares de la OEA (democracia, derechos humanos, seguridad y desarrollo), usa esa tribuna para desacreditarla y destruirla, porque se le ve como un miembro de la OEA.
También plantea que, dado que Chaderton fue hasta hace pocos años un político dizque de ideas social-cristianas hasta que salto a las filas del chavismo convirtiéndose en pseudo izquierdista, es necesario que en Venezuela el partido Copei lo borre de su historia e, igualmente, se haga internacionalmente. Tanto Copei como la Internacional Demócrata Cristiana deben repudiarlo sacando su nombre del ámbito social-cristiano, en virtud de que este diplomático venezolano es una vergüenza en cuanto a ser humano y funcionario de Estado. “Su lenguaje e ironía tienen esa carga del lenguaje hitleriano, no representa a ningún ideal socialcristiano e, insistimos, sus palabras lesionan en lo mas hondo a la OEA”. NP