Las detenciones arbitrarias de Leopoldo López, Daniel Ceballos, Antonio Ledezma han sido rechazadas por muchos demócratas de distintas partes del mundo, así como los asesinatos de inocentes que por estar el día menos indicado en el lugar equivocado una bala impactó su cuerpo para apagarles la vida.
Y si, es cierto, en Venezuela se han producido violaciones graves de derechos humanos y el que tenga duda, lo invito a leer los testimonios de las víctimas o tan solo pregúntele al padre de Gerardo Carrero quien ha visto las heridas producto de las torturas propinadas a su hijo o a Marvinia Jiménez que fue víctima de tratos crueles por una funcionaria de la Guardia Nacional, quien por cierto está en libertad; o basta con leer el relato de la madre de Miguel Angel Nieto quien con 85 años debe visitar a su hijo detenido arbitrariamente hace más de 10 meses; Juan Manuel Carrasco violado con un fúsil o Marcelo Crovato, Rosmit Mantilla, Gerardo Resplandor, Inés González, Raúl Baduel hijo, Alexander Tirado quienes tendrán que perder 8 años de vida tras unos barrotes por ejercer su derecho a la protesta.
En este último año hay tantos casos de detenciones arbitrarias, torturas, persecución y tratos crueles, que los organismos internacionales especializados en Derechos Humanos y ongs de derechos humanos han emitido informes y comunicados expresando su preocupación. Human Rights Watch, Amnistía Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y más recientemente, Juan Méndez, relator especial de la ONU sobre la tortura y otros tratos crueles, afirmó que el gobierno de Venezuela ha violado el derecho internacional “al no tomar medidas para prevenir actos de malos tratos”, así como de “torturas” de manifestantes y detenidos.
El gobierno de los Estados Unidos pasó de la mera declaración y pronunciamiento rechazando las violaciones de DDHH y emitió sanciones contra 7 funcionarios que sabemos han violado derechos fundamentales. Las sanciones prohíben a estos 7 verdugos ingresar a territorio estadounidense y congelan sus bienes. Es una decisión soberana aplicable dentro del territorio norteamericano, no hay injerencia extranjera en asuntos internos.
Por eso me resulta contradictorio que, cuando se logra que la comunidad internacional tome firme posición con respecto a la terrible situación que sucede en Venezuela y sobre todo acerca de violaciones de DDHH, muchos líderes opositores rechacen esa declaración, señalando que es injerencia extranjera en asuntos internos, precisamente, cuando la protección de DDHH y concretamente la persecución contra quienes violen las normas que prohíben la tortura están sobre el concepto de soberanía absoluta propio de la era de la guerra fría al que se ha aferrado el régimen de Maduro para justificar sus desafueros.
No puedo estar más en desacuerdo con esos opositores y con las personas que han rechazado que el gobierno de Estados Unidos haya emitido una decisión administrativa para que estas siete personas, que las autoridades de ese país consideran violan derechos humanos, no ingresen a su país.
En momentos tan delicados como los que vive Venezuela debemos ser coherentes, nuestras palabras y acciones deben hilar en igual sentido, no podemos ir por el mundo pidiendo #SOSVenezuela, que se haga justicia, desenmascarando al régimen, pidiendo pronunciamientos internacionales para que se respeten derechos humanos en Venezuela y cuando el gobierno de un Estado va más allá de una declaración y emite una acción concreta, algunos opositores lo rechazan y otros se quedan callados.
@zulmaire
zulmairegonzalez@gmail.com