Pero hay que hablar hasta el cansancio y agotar los pocos espacios que nos van quedando para expresar nuestras verdades y reclamos y que, además de nuestros compatriotas dentro del país, nuestras angustias puedan ser del conocimiento de toda la humanidad y de manera especial de toda la dirigencia del mundo capaz de hacerse eco de ellas y ofrecernos su voz solidaria.
Por eso, a riesgo de ser catalogados como “enemigos de la patria” por parte de quienes hoy la saquean y además la acribillan en palabras y acciones concretas, no podemos menos que aceptar como válidas las acciones del Congreso y del Ejecutivo estadounidense al dictar medida contra el ingreso a su país a violadores de derechos humanos en Venezuela. Más aun, podemos pensar que el presidente Obama se queda corto en su posición de considerar, no a Venezuela sino a su régimen, de peligro no solo para su país sino también para el nuestro.
Y decimos que se queda corto, también porque entre los vetados por la nación del norte no se incluyen a quienes dejaron al país sin dólares para comprar los insumos y productos alimenticios y farmacéuticos que la población venezolana requiere en estos momentos, así como para el propio funcionamiento del Estado. No hay escándalo o denuncia de manejos irregular de fondos monetarios en el mundo, donde el régimen venezolano y personajes de peso de esta administración no se vean de alguna manera salpicados; España es uno de los últimos escenarios, a propósito de una investigación sobre dudosos ingresos de recursos de dirigentes políticos de ese país provenientes de Venezuela, y lo más actual, el señalamiento que involucra a PDVSA en lavado de 2 millardo de dólares a través de la Banca privada d´Andorra, por citar solo los más recientes.
Por otra parte, aunque sectores del país consideran que la decisión del gobierno estadounidense, contribuye con el régimen venezolano a orquestar su nueva farsa, con el propósito desviar a la opinión pública nacional sobre la catastrófica situación que sufre el país por la falta de todo, y decretar un estado de emergencia que facilite su propósito bien disimulado de aplazar o eliminar las elecciones nacionales previstas para este año, somos del criterio que cualquier acción no violenta que llame la atención del mundo en estos momentos tiene para el país una gran importancia táctica dentro de lo que debe ser la estrategia de todos quienes nos oponemos a una gestión como la actual que conduce a Venezuela hacia el precipicio.
Son por estas y muchas otras razones, por las que nos negamos a participar de la farsa que forma parte de la nueva acción emprendida por el presidente Maduro que, en su empeño de concentrar en su persona mayor poder para hacer lo que le dé la gana con el país, además de imponerle a la Asamblea Nacional la aprobación de una ley habilitante para “enfrentar la amenaza estadounidense”, llama a los sectores no afines a su gobierno a apoyarlo en esta nueva pantomima. No y mil veces no, debemos responder a quienes con el gatillo montado y el cañón apuntando hacia las sienes de quienes pensamos distinto al chavismo, nos invitan muy cordialmente a formar parte de la comparsa gubernamental ante un supuesto propósito anti imperialista de invasión al país.
Twitter: JJMorenoA