El Comandante Supremo y Gran Conductor de la revolución, Nicolás Maduro, se puso su uniforme de campaña y convocó al recién creado Consejo de Guerra de la Revolución, CONGUEVOL, a una reunión para diseñar las estrategias de confrontación anti-imperialistas. Alrededor de una mesa desde la cual todos veían la inmensa foto del héroe del Museo Militar y, al lado, otra más pequeña de Norberto Ceresole, el Comandante Supremo y Gran Conductor de la revolución, Nicolás Maduro tomó la palabra:
“Camaradas y camarados: Lo primero que ordeno a este Consejo de Guerra es la captura inmediata de los autores del informe de las Universidades Católica Andrés Bello, Central de Venezuela y Simón Bolívar, por constituir propaganda de guerra. Allí se nos calumnia al decir que la pobreza en Venezuela ha aumentado en un 33% en los últimos dos años. No podemos tolerar que cunda la especie de que la pobreza hoy es tan alta o más alta que la que existía cuando llegamos al poder. Tome usted nota de esto, Villeguitas. Por cierto, por qué está usted sentado en el suelo? Use una silla.
“Estoy sentado en una silla, lo que pasa es que usted es un gigante, Comandante”, le contestó Villeguitas.
El ministro de Devaluaciones, Endeudamientos y Fraudes Bancarios, Rodolfo C. Marco Torres M, tomó la palabra y dijo: “Comandante en Jefe, deseo advertirle que las investigaciones de los imperialistas han llevado al descubrimiento de nuestro fondo de ahorros en Andorra, el que estructuró el camarada Rafael. Tenemos esos $4200 millones en pico, no de zamuro, sino de águila. En España acaban de revelar los nombres de cinco de nuestros testaferros: Nervis Villalobos, Javier Alvarado, Omar Farías, Francisco Jiménez y Alcides Rondón, quienes estaban en PDVSA y en el ministerio de El Largo. Además hay un rumor de que El Largo tiene ganas de encogerse y acogerse a la clemencia imperialista y decir lo que sabe. Eso sería catastrófico para la revolución, Comandante en Jefe, porque ese personaje sabe muuuuucho de nuestras marramucias, pues esa es su especialidad. Por otro lado, usted recuerda nuestro viaje a Cuba en carnaval, cuando los cubanos nos dijeron que el oro que tenemos allá, allá se queda. Nos tienen agarradis por los lingotes, Comandante en Jefe. La buena noticia”, continuó, “es que los depósitos que hice en Suiza están todavía a salvo”.
“Una razón de más para acelerar nuestros planes de guerra contra el imperio”, exclamó el secuestrador de Niehous y Estratega Mayor de la Revolución, Carlos Lanz Rodríguez. “Voy a explicarles como lo vamos a hacer”.
El General López Padrino, Comandante de las fuerzas militares y civiles anti-imperialistas, intervino en ese momento para decir: “Antes que el Estratega Lanz hable, quiero reportarles el éxito de nuestra movilización denominada “Escudo Bolivariano”. Tenemos cien mil hombres, 80.000 militares y 50.000 civiles en la operación, lo cual suma los cien mil que les dije. Usamos anfibios chinos que no solo son anfibios sino que también pueden operar en mar y tierra y misiles rusos, aunque se nos cayó un misil que iba amarrado con mecates, vainas del teniente encargado. Vamos a mantener la movilización movilizada por diez días, a un costo de unos $10 millones de dólares, es decir, unos diez dólares diarios por persona movilizada, para cubrir el rancho y las cervecitas. Es todo”.
“Bien”, apuntó Lanz Rodríguez, el secuestrador de Niehous. “Tendremos que ir a la guerra contra el imperio para lo cual he desarrollado la guerra de resistencia enmarcada en la unidad cívico-militar de Ceresole, donde se ponen en juego las lecciones del Vietnam heroico. Recomiendo, Comandante en Jefe, que los componentes tradicionales de nuestra FFAA se conecten con los colectivos y otras fuerzas civiles patriotas, configurando escenarios donde podremos organizarnos en pequeños grupos mimetizados en el terreno y en los dos senos del pueblo, desarrollando el principio de dispersión y concentración de las fuerzas, o viceversa. A esto le vamos a sumar el manejo táctico del terreno: cuevas y túneles, piedras, night clubs, burdeles y cantinas militares, todo lo cual nos permitirá atacar sorpresivamente. Además…
“Ya está bien Estratega Mayor Lanz Rodríguez, secuestrador de Niehous”, le interrumpió el Comandante Supremo. “creo que debemos solicitarle al Papa Francisco que nos bendiga nuestras fuerzas”.
“Eso puede ser difícil de lograr, Comandante en jefe”, le respondió Lanz Rodríguez, “pero quizás Monseñor Moronta pueda hacernos ese favor. Si no, siempre lo podrá hacer el cura de La Iglesia Las Mercedes de Maracaibo, Vidal Atencio, el que tiene fotos del Comandante Eterno y Arias Cárdenas en el altar”.
El Comandante en Jefe dijo: “Bueno, vamos a echarle pichón, camaradas y camarados. Lo último que quería decirles es que nombré Canciller de la Revolución a Roy Chaderton. Sin embargo, cuando le llamé por teléfono para informarle, me contestó que él no podía aceptar tal distinción, que Delcy lo estaba haciendo muy bien y que mejor lo dejara allá en Washington o, mejor, en Londres, donde él quisiera seguir sacrificándose por la revolución. La verdad es que me enterneció mucho la modestia de Roy, su falta de ambición, su humildad. No sé por qué lo desprecian tanto”.