Feligreses, visitantes y colaboradores de Ciudad Comercial Las Trinitarias recibieron ayer llenos de emoción a la Divina Pastora. La imagen recolectó besos y oraciones a su paso, entró al unísono de “Viva nuestra madre, viva la Divina Pastora” y rodeada por un anillo de fe llegó a la tarima central del centro comercial. laprensalara.com.ve
Los aplausos acompañaron en armonía a la agrupación Tabor, quien se encargó de amenizar la visita de la Virgen, la décima de la década. La percusión, el chelo y la guitarra sonaron por una hora y fue la ofrenda musical para la Patrona, que en tomo momento estuvo en el centro de los flash, los besos y las peticiones.
El centro comercial presentó sus ofrendas, que fueron recibidas por el padre Juan Ignacio Franchesqui, sacerdote de la iglesia María Auxiliadora, desde donde se trasladó a la imagen. Luz, Biblia y rosario, pan y vino, víveres, familias, trabajadores y brigadieres fueron ofrecidos a la Divina Pastora y persignados por el clérigo, quien extendió unas palabras y sus bendiciones a todos los presentes
De las tiendas salía la gente para ver a la Virgen y con una sonrisa cómplice elevarles sus plegarias; una decena de hombres y mujeres la tomaron en hombros, justo una hora después de su llegada –las 3:00 de la tarde- y antes de despedirla le dieron un último recorrido por los pasillos del que día a día es su hogar.
Por la puerta este, la misma por la cual entró, sacaron a la imagen y hasta allí la acompañaron todos los que la recibieron. Y mientras los gritos de “Salve”, “Bendícenos” y “Te amamos Madre” se oían cada vez más distantes ella y su multitud de cofrades se perdían en camino a su próximo destino, la iglesia El Buen Pastor, donde esa noche pernoctaría.