La violenta detención de un estudiante negro afuera de un bar en Virginia (este de EEUU) dio lugar a una investigación al tiempo que alimenta el debate acerca del tratamiento que las autoridades estadounidenses dispensan a los jóvenes negros.
En la madrugada del miércoles Martese Johnson, de 20 años y estudiante de la Universidad del estado de Virginia, vio negada su entrada a un pub irlandés cerca del final de las celebraciones de San Patricio en Charlottesville.
Policías blancos del Departamento de Control de Bebidas Alcohólicas lo golpearon luego y lo arrojaron al suelo, donde lo dejaron con cortes y sangre en el rostro.
Fotos de Johnson sangrando e imágenes del violentas del arresto en las que se ve a oficiales sujetándolo en el suelo se multiplicaron en las redes sociales.
Más de 300 personas se reunieron la noche del viernes en la universidad para protestar por esos sucesos.
“Estoy horrorizado de que me golpearan la cara contra el pavimento”, dijo el jueves Johnson a través de su abogado, Daniel Watkins, en una conferencia de prensa, según informa The Washington Post.
La Policía acusó a Johnson de dirigirse de forma irreverente a las autoridades y/o de estar ebrio en público y de obstrucción a la justicia sin violencia.
De todas formas, la policía del estado se comprometió a realizar una investigación sobre el episodio.
“Ser detenido no debería incluir el tener que recibir puntos”, dijo al Post la presidenta de la Universidad, Teresa Sullivan.
El abogado Daniel Watkins dijo que el incidente resultó de una confusión sobre el documento de identificación que usó Johnson para intentar de ingresar al bar, pero el estudiante no utilizó uno falso.
Tras serle negado el ingreso al bar, Johnson “fue arrojado al suelo….su cara y cabeza quedaron sangrando y precisó de cirujía”, de acuerdo al Post.
Durante la protesta universitaria, Johnson habló brevemente y dijo que “somos todos parte de una misma comunidad. Nos merecemos respeto el uno al otro, especialmente en momentos como este”.
Este incidente se produce en una época especialmente sensible por varios casos de violencia de policías contra jóvenes negros. El caso más sonado tuvo lugar en agosto del año pasado cuando Michael Brown, un joven negro desarmado, fue abatido por agentes blancos en el caldeado suburbio de Ferguson, Misuri. AFP