La periodista mexicana Carmen Aristegui afirmó el jueves que sospecha que el gobierno está detrás de su despido de su noticiero radial por una investigación sobre la compra de una mansión por la primera dama, una acusación que la radiodifusora inmediatamente rechazó.
La manera en que los dueños de la emisora MVS Radio “hicieron las cosas, la manera en que escalaron el asunto evidentemente nos hace pensar, pero no tenemos un papel que lo demuestre, que ha habido una intervención gubernamental”, dijo la comunicadora en una conferencia de prensa transmitida en su portal de noticias.
La titular de uno de los noticieros matutinos más seguidos en la radio mexicana fue despedida el domingo, apenas tres días después de que fueran cesados dos miembros de su equipo.
Estos dos periodistas fueron corresponsables del reportaje que reveló en noviembre la controvertida compra de una lujosa mansión por la primera dama, la exactriz de telenovelas Angélica Rivera, a un importante contratista gubernamental.
Cuestionada sobre si su investigación sobre la mansión fue el problema de fondo del despido, la periodista respondió: “Sospecho”.
“No me imagino una cosa de este tamaño sin algún tipo, por lo menos de anuencia, del máximo poder presidencial o de los más altos poderes”, añadió la comunicadora, quien en 2011 ya fue despedida cuando pidió al aire a la Presidencia una postura sobre los rumores de alcoholismo del expresidente Felipe Calderón (2006-2012).
En ese entonces, la también conductora de CNN en español fue readmitida tras una negociación con MVS.
“Te deseamos buena suerte”
Esta semana, la secretaría (ministerio) de Gobernación (interior) emitió un comunicado diciendo que el conflicto entre MVS y Aristegui es un “asunto entre particulares”. No fue posible obtener el jueves un comentario inmediato de la Presidencia sobre las declaraciones de la periodista.
MVS justificó el domingo el despido de Aristegui por su exigencia de readmitir a sus dos colaboradores, a quienes le empresa dijo cesó por anunciar sin permiso la participación de la emisora en Méxicoleaks, una plataforma digital para recibir filtraciones sobre corrupción.
Aristegui calificó esta medida como un pretexto, un “conflicto artificial” que se podía haber arreglado con un “telefonazo”.
La periodista hizo el jueves un llamado a los dueños de MVS a solucionar el conflicto y volver con su equipo para evitar una solución en los tribunales.
“Demos la vuelta a la página y no nos lleven a buscar el amparo de la justicia”, advirtió en la transmisión, en la que aceptó algunas preguntas vía Twitter.
“La relación de trabajo ha terminado, te deseamos buena suerte”, respondió tajante Felipe Chao, vicepresidente de Relaciones Interinstitucionales de MVS Comunicaciones en una declaración de prensa emitida poco después del llamado de la periodista.
El representante de la empresa rechazó que el despido tenga relación con presiones del gobierno mexicano.
Sostuvo que es una empresa “independiente” económicamente y editorialmente, toda vez que menos del 6% de sus ingresos totales provienen de campañas del gobierno federal.
El ejecutivo reiteró que el único motivo del despido fueron los inaceptables “ultimátums” de la comunicadora.
Aristegui y su equipo habían convocado más temprano a una conferencia de prensa en un museo de Ciudad de México pero problemas de organización impidieron que se celebrara.