Con un lacónico mensaje SMS, el 2 de abril de hace diez años los medios de información recibían la noticia de que a las 21.37 Juan Pablo II, ahora santo y hoy recordado por el papa Francisco, había muerto en sus dependencias privadas.
Los miles de fieles que se habían concentrado para rezar por el primer papa no italiano en la Plaza de San Pedro lo intuyeron cuando se encendió la luz de la ventana de los apartamentos papales en el palacio apostólico.
“Queridísimos hermanos y hermanas: a las 21.37 nuestro amadísimo Santo Padre Juan Pablo II ha regresado a la Casa del Padre. Recemos por él”, así lo anunció conmocionado Leonardo Sandri, el sustituto de la Secretaria de Estado y durante muchos años estrecho colaborador del papa polaco, a los fieles concentrados en la plaza con velas y rosarios.
Pocos minutos después sonaban las campanas de la basílica para anunciar al mundo que Juan Pablo II había fallecido.
En estos diez años, la figura del papa de los récords, con sus 26 años de pontificado y 104 viajes fuera de Italia, no ha dejado de ser recordada en las eventos católicos con los fieles que aún llevan a San Pedro las fotos recuerdo de Wojtyla.
Aunque no habrá ningún acto para recordar el décimo aniversario de su muerte, hoy el papa Francisco rememoró la efeméride durante la audiencia general ante decenas de miles de fieles.
“Mañana se cumple el décimo aniversario de la muerte de San Juan Pablo II. Lo recordamos como gran Testigo de Cristo sufriente, muerto y resucitado y le pedimos que interceda por nosotros, por las familias y la Iglesia, para que la luz de la resurrección resplandezca sobre todas las sombras de nuestra vida y nos llene de alegría y paz”, dijo el pontífice argentino.
El recuerdo de Karol Wojtyla volvió a estar presente también en las palabras que Francisco dirigió a los jóvenes y a los enfermos.
“Que su ejemplo y testimonio permanezcan siempre vivos entre nosotros. Queridos jóvenes, aprendan a afrontar la vida con su ardor y su entusiasmo. Queridos enfermos, lleven con alegría la cruz del sufrimiento como él nos enseñó”, señaló.
En estos diez años, el papa polaco ha sido proclamado santo (27 abril de 2014) gracias a la canonización más rápida de la historia, después de que Benedicto XVI retirara una norma que obligaba a esperar cinco años antes de que pudiera iniciarse el proceso.
Aunque la canonización popular ya se había producido el 8 de abril de 2005, cuando durante su funeral en la Plaza de San Pedro aparecieron pancartas con el texto “Santo Subito”, en las que los fieles espontáneamente proclamaban santo a Juan Pablo II.
El diario de la Conferencia Episcopal italiana, “Avvenire”, recuerda hoy los numerosos testimonios de aquella noche, como el del cardenal polaco Stanislaw Rylko, que se encontraba junto a él en el momento de su muerte y que asegura: “nunca podré olvidar esos momentos, que quedaron esculpidos en mi corazón y el silencio de oración en el que nos sumimos”.
Rylko destacó “el extraordinario alcance del magisterio de San Juan Pablo II” y cómo “sigue siendo una brújula segura para la Iglesia de nuestro tiempo en un mundo marcado por una profunda crisis de Dios y por consiguiente en una crisis del hombre”.
El cardenal polaco recordó cómo Wojtyla murió en la vigilia de la fiesta católica de la Divina Misericordia, que el mismo instituyó, y como ahora Francisco ha convocado un Jubileo sobre este mismo tema.
“Misericordia” será también el tema de la Jornada Mundial de la Juventud, que también instituyó el papa polaco, y que se celebrará en 2016 en la Cracovia de Wojtyla.
Los mensajes del magisterio de Juan Pablo II están posiblemente más vivos que nunca en el día a día de la Iglesia.
El mismo Francisco definió a Wojtyla como el papa de la “familia” porque era éste uno de los temas que más trató, como en su exhortación apostólica “Familiaris consortio”, y del que ahora el pontífice argentino ha continuado ocupándose al convocar dos sínodos de los obispos sobre esta temática. EFE