Eli Thompson nacío el pasado 4 de marzo en Alabama y llegó al mundo para ser alguien muy especial: no tiene nariz porque padece una enfermedad, la conocida como “arhinia congénita completa” que es tan rara que se da en uno cada 197 millones de nacimientos, cuenta su madre, Brandi McGlathery.
“Yo quería que fuera rubio”, dice su madre. “Y Troy (su marido) dijo que esperaba que no saliera con su nariz”, cuenta su madre al portal AL.com donde se publicó la noticia que tardó muy poco tiempo en dar la vuelta al mundo.
Cuando le pusieron a su niño en brazos, dije: “¡Algo va mal!”, cuenta Brandi. El doctor, contestó: “no, el está perfectamente bien”. Pero ella gritó: “¡No tiene nariz!”.
Durante sus primeros días de vida Eli estuvo ingresado en la unidad de cuidados intensivos para neonatos del “USA Children’s and Women’s Hospital’s”. Durante la noche, su madre llamaba cada 45 minutos para saber cómo estaba su bebé. Pensaba que su niño no pasaría de esa noche, pero lo consiguió.
“Es un bebé feliz”
Después de cinco días se le hizo una traqueotomía gracias a la que mejoró. “Está maravillosamente desde entonces”, cuenta su madre. “Es un bebé feliz”. Como consecuencia de esta operación, el bebé ya no llora con ruido, por lo que su madre tiene que mirarlo continuamente para comprobar que no necesita nada.
Además de no tener una nariz, Eli tampoco tiene una cavidad nasal interna ni sistema olfativo. Pese a este hecho, su madre asegura que estornuda. «La primera vez que lo hizo, nos mirado y dije: “¿Lo has oído no?”.
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