Michigan Micro Mote (M3), el ordenador más pequeño del mundo, está ganándose un lugar entre otros logros revolucionarios de la historia de la informática. Con un tamaño de menos de medio centímetro, casi 150 de estos equipos encajan dentro de un solo dedal.
El M3 es un sistema informático totalmente autónomo que actúa como sistema de detección inteligente. Es el logro de David Blaauw, Dennis Sylvester, David Wentzloff, Prabal Dutta y varios estudiantes de posgrado, algunos de los cuales ya han fundado empresas para explotar los aspectos clave de la tecnología.
El M3 contiene células solares que alimentan la batería con luz ambiente, incluso en habitaciones interiores sin luz natural, lo que permite a los ordenadores funcionar perpetuamente.
Esta línea de dispositivos incluye ordenadores equipados con generadores de imágenes (con detección de movimiento), sensores de temperatura y sensores de presión.
Bajo consumo
Uno de los retos para conseguir un ordenador pequeño es hacer que la batería también lo sea. “Es fácil hacer chips pequeños, pero es más díficil con las baterías”, explica Blaauw. El bajo consumo de M3 permite que se alimente con una pequeñísima célula solar, de 1 milímetro cuadrado.
Todos los equipos M3 puede recoger y transmitir datos a distancias de 2 metros. En ese rango estos equipos pueden rastrear movimientos o anomalías en la presión y la temperatura, a la vez que comunican los datos a una estación base.
Los sensores se activan por su cuenta para tomar mediciones periódicas y luego registran y envían los datos. Que funcionen a una potencia extremadamente baja durante el tiempo de “reposo” es una de las muchas claves para el éxito de esta tecnología.
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