La regulación de precios no existe en el ramo cárnico. Es una distorsión que afecta al consumidor y al expendedor por igual. Durante la última semana aumentó 35% el kilo de carne en canal que llega a los comercios de la ciudad al pasar de 220 a 295 bolívares en los pocos establecimientos donde se realiza el surtido. En la mayoría, las neveras vacías siguen siendo protagonistas. El Carabobeño
La falta de acuerdos entre el sector productivo cárnico y el Ejecutivo nacional es la causa de esta irregularidad. El consumidor final debe pagar 580 bolívares por el kilo de carne de primera y 520 bolívares por la de segunda, lo que representa 150% por encima de la regulación.
Armando de Lima, comerciante del Mercado Municipal Periférico, señaló que la situación se complicó con las inspecciones de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde). “Se estableció a mediados de febrero el precio de venta de carne al público en 220 bolívares y nosotros la estábamos comprando a ese costo. Ahora la pagamos a 295”.
Lo normal es que a cada establecimiento se les despachen tres o cuatro reses. Desde el inicio de la crisis llegan con suerte uno y medio. El suministro de pollo tampoco se ha normalizado. El viernes se recibió el último lote en cantidades limitadas y a precio por encima de la regulación. El inventario se agotó y los establecimientos del sector avícola mantienen sus puertas cerradas.
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