La gente, que no tiene un pelo de tonta, porque sabe defender instintivamente su patrimonio familiar, sin distinción de clase social, se refugió en el dólar estadounidense, debido a que no existía control cambiario, medida que un país como Ecuador no podía permitirse, por eso nunca les pasó por la cabeza a sus gobernantes, tomar tal resolución. De manera que coexistían las dos monedas en la economía, pero en tanto que al Sucre lo rechazaban, al dólar lo adoraban. Era la moneda refugio. Tampoco había, como en la Venezuela de hoy un enorme desabastecimiento, porque aquella era una economía abierta y no se había atacado frontalmente, y perseguido, al sector privado productor. Pero igual había un modelo económico fracasado, caracterizado por alta inflación, debilidad del sistema financiero, expectativas devaluacionistas permanentes, elevado valor del dólar y altísima desconfianza en la moneda nacional. A mediados de ese año 1999 el gobierno sorpresivamente decretó un lunes laboral como feriado bancario, pero a continuación también decretó no laborable al martes. Abrieron los bancos al público el miércoles, sin que el gobierno tomara medida alguna, con lo cual las colas para cambiar Sucres por dólares aumentaron y en consecuencia la desconfianza. El lunes siguiente el gobierno decretó un congelamiento de los fondos de los particulares en los bancos que duró meses. Al término de ese largo período, la gente igual reventó las colas para cambiar la moneda nacional por dólares.
Así se llegó a enero del año 2000, oportunidad en la que el gobierno se encontró en un callejón sin salida: o estatizaban la banca y ponían obstáculos al flujo de capitales (control cambiario), con lo cual la vía hacia la hiperinflación estaba servida, como ha ocurrido históricamente en todo el mundo, o escogían la vía de la dolarización. Se fueron como sabemos por la última opción, hace ya 15 años de este hito. Hubo problemas de inflación severa el primer año 91% y en menor grado el segundo año, 21%, pero luego la economía se estabilizó y de un salario mínimo establecido en 1999 montante a 40 dólares, hoy es de 400. Este hecho por sí mismo refleja lo acertado de haber escogido la vía de la dolarización