Cubrir protestas se ha convertido en la tarea más peligrosa para los periodistas en Colombia, que sufren frecuentes agresiones, detenciones ilegales o la destrucción de sus equipos en estos escenarios, reveló hoy la FLIP con motivo del Día Internacional de la Libertad de Prensa.
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), que hace seguimiento a los ataques que sufren los informadores en Colombia, alertó que en los dos últimos años 89 periodistas recibieron algún tipo de agresión durante el cubrimiento de protestas en el país.
El dato posiciona a las manifestaciones “como el contexto más peligroso para el cubrimiento periodístico y evidencian la falta de garantías para realizar este trabajo”, sostiene la organización, que destaca como “lo más preocupante” que la mitad de los sucesos violentos sean obra de la Fuerza Pública.
En este sentido, la FLIP recuerda a las autoridades que su deber en estos escenarios es “proteger a los periodistas y garantizar que no sean detenidos, amenazados, agredidos o limitados de cualquier forma para ejercer su profesión”, una recomendación que extendió a los manifestantes.
No existe un tipo de protesta más peligroso que otro, puesto que, si bien el 37 % de los ataques ocurrieron en manifestaciones campesinas, los informadores sufren “agresiones físicas, obstrucción al trabajo y detención ilegal”, en cualquier tipo de reivindicación.
“Golpes con piedras y palos, destrucción de material y de equipos son las situaciones más recurrentes en el cubrimiento de protestas”, resumió la FLIP.
Junto a la cobertura más peligrosa, el informe destaca a los departamentos de Antioquia (noroeste) y Valle del Cauca (suroeste) como los departamentos con más riesgo para ejercer el periodismo, junto a la ciudad de Bogotá.
En los últimos dos años, la FLIP registró “39 ataques a la libertad de prensa en Bogotá, que representan el 13,5 % de los registrados a nivel nacional”.
Mientras, en Antioquia fueron “33 ataques, equivalentes al 11,5 % del total nacional, y en Valle del Cauca 22, equivalentes al 7,6 %”.
Para las tres zonas, los ataques más recurrentes fueron obstrucciones al trabajo periodístico, amenazas y agresiones físicas.
Atendiendo a estos datos, la organización instó a las autoridades a tomar las medidas necesarias para garantizar el libre ejercicio de la prensa, algo “especialmente importante si se tiene en cuenta que en Bogotá y Valle del Cauca la Fuerza Pública es el principal autor de los ataques a la libertad de prensa”.
Con respecto al medio de comunicación más amenazado en este tiempo, la FLIP señala a la corresponsalía de Caracol Radio en el departamento de Guaviare, donde tres de sus periodistas han sido víctimas de nueve ataques en los últimos 24 meses.
Y como cobertura más limitada, el acceso a las audiencias públicas de procesos judiciales.
El informe de la organización acompaña al recuento de periodistas víctimas de violencia por su trabajo que durante todo el año exhibe en su página web.
Según la FLIP, en lo que va de año se han producido 52 víctimas, en su mayoría de amenazas (26 del total).
Del mismo listado se extrae que en 2014 unos 164 informadores sufrieron algún tipo de agresión, cifra que en 2013 se situó en 194 periodistas. EFE