El embajador de España en Venezuela, Antonio Pérez-Hernández, tiene previsto regresar hoy a Caracas, tras haber permanecido diez días en España llamado a consultas por el Gobierno, en protesta por unas declaraciones del presidente venezolano, Nicolás Maduro, según supo ABC de fuentes diplomáticas, publica ABC de España.
El diplomático fue llamado a consultas el pasado 22 de abril, después de que Maduro reiterara sus insultos al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y acusara a España de apoyar el terrorismo contra Venezuela y de estar detrás de una conjura internacional contra el régimen bolivariano.
Pocos días después, sin embargo, tras la mediación de países latinoamericanos, como Brasil y Ecuador, Maduro hizo unas declaraciones en las que tendía la mano a España para dialogar.
El Gobierno español, que no desea que continúe el deterioro de las relaciones con Venezuela, recogió enseguida el guante y el 26 de abril, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, anunció desde Nueva Delhi, que el embajador regresaría a Caracas «en las próximas horas».
Sin embargo, finalmente, se decidió que el embajador esperara a la vuelta del ministro de su viaje a la India y será hoy, cuando tras haber recibido instrucciones del Gobierno, regrese a Caracas.
En los últimos días, no ha habido ningún sobresalto en las relaciones bilaterales, aunque sí pronunciamientos de distintas instancias de los poderes venezolanos advirtiendo al expresidente del Gobierno Felipe González, de que no puede ejercer como defensor de los líderes opositores encarcelados Leopoldo López y Antonio Ledezma.
González anunció que tiene previsto viajar a Washington para hablar el día 14, en el Congreso de Estados Unidos en un acto de entrega de un premio de Derechos Humanos a López y Ledezma, que recogerán sus esposas. Después, su intención es trasladarse a Caracas, donde pretende estar desde el 17 al 20 de mayo, aunque él mismo ha advertido de que podrían impedirle ejercer su labor de apoyo a los abogados defensores, entre otras formas, no permitiéndole la entrada en el país.