Autor de un gol en la ida y del decisivo tanto del empate en la vuelta, el hombre de la semifinal entre el Real Madrid y la Juve acabó siendo Álvaro Morata. EFE
El excanterano, traspasado el pasado verano al conjunto turinés, no celebró ninguno de sus dos goles. Tras el partido se sinceró “No podía celebrar ese gol aunque lo hubiera marcado mil veces. Ha sido muy difícil para mí jugar estos dos partidos”.
El espigado canterano, internacional con la selección absoluta, no estuvo cómodo en el Santiago Bernabéu. “Fue una sensación extraña, miraba alrededor y parecía que estaba entrenándome con mis compañeros de la pasada temporada”, valoró. “El fútbol y la vida es así”, añadía.
Morata agradeció a la afición madridista la ovación que le dedicó cuando fue sustituido y recordó que le ha apoyado “siempre” y también dijo que sus excompañeros le han deseado suerte para la final y sus deseos de que se proclame campeón de Europa.
“Hemos peleado mucho para llegar aquí y esto no acaba aquí. Queremos hacer historia y ganar la final”, continuó el atacante del Juventus, que abogó por seguir “soñando” con vistas al partido del 6 de junio en Berlín “porque en un partido no hay favoritos”.
“El Barcelona es un gran equipo, pero nosotros también”, concluyó.