La leyenda del blues B.B. King se fue la noche del jueves dejando de duelo a la que le “dio la fama”: Lucille, su querida guitarra, que adquirió rango de amante y de icono.
B.B. King falleció a la edad de 89 años en Las Vegas. Tocaba blues desde finales de los 40 equipado con su fiel Gibson a la que denominó Lucille, “nacida” en una noche de invierno de 1949.
Mientras el músico se presentaba en un club de Arkansas, dos hombres se enfrascaron en una pelea por una mujer llamada Lucille, provocando un incendio que obligó a evacuar el lugar.
“Cuando estaba fuera, me di cuenta de que me había dejado mi guitarra en el interior”, dijo B.B. King en una entrevista hace unos años.
El hombre, destinado a ser una leyenda del blues, no dudó a volver a entrar al edificio en llamas para recuperar su querido instrumento, por el que había pagado apenas unas decenas de dólares.
“Casi muero tratando de salvar mi guitarra”, confió. “Llamé a mi guitarra Lucille para recordarme que nunca volvería a hacer este tipo de cosas”.
Había nacido la leyenda: todas sus guitarras tuvieron desde entonces ese nombre, que se convirtió en sinónimo de B.B. King. Divorciado dos veces, el músico incluso dedicó una canción a la que le fue fiel hasta su último suspiro:
“El sonido que escuchas / viene de mi guitarra llamada Lucille / Estoy realmente loco por Lucille / Lucille me sacó de la plantación / o podrías decir que me dio la fama” (Lucille, 1968).
Desde la década de 1980, el fabricante de guitarras Gibson fabricó un modelo al que bautizó Lucille. En 2005, la mítica marca produjo una edición limitada de 80 piezas de “Lucille” en honor a los 80 años de B.B. King, quien recibió el primer prototipo.
AFP