Carl Wheatley, de 31 años, fue declarado culpable del asesinatos de la pequeña Alexa Marie Quinn a principios de esta semana en la corte de Albans Crown.
Wheatley mató a su hija en la casa que compartían en Hatfield, ubicada en el sureste de Inglaterra, después de perder los estribos.
Su muerte se produjo apenas tres meses después de que había ganado la custodia de ella, diciendo a los trabajadores sociales que él era capaz de cuidarla.
Wheatley causó a Alex Marie 66 heridas, incluyendo un moretón desde su estómago hasta los tobillos, además de tumbarle dos dientes por una serie de ataques salvajes en las semanas antes de su muerte.
Cuando por fin llamó a los servicios de emergencia, estos descubrieron el cuerpo sin vida de Alexa-Marie Quinn y él admitió que había perdido los estribos. Quinn fue encontrada muerta el 12 de marzo del año pasado.
Vía Publimetro.cl