El Gobierno colombiano y las Farc completaron entre el 20 y el 27 de mayo la primera fase del plan piloto de desminado, que se llevó a cabo en la vereda de El Orejón, en el municipio de Briceño (Antioquia), donde se identificaron cuatro áreas peligrosas que suman 12.000 metros cuadrados. EFE
Esa primera fase corresponde al estudio no técnico del terreno, en el que se buscaron las zonas en las que había sembradas minas antipersona, artefactos explosivos y otras municiones sin explotar para proceder a su limpieza en una siguiente fase, según anunciaron hoy en La Habana representantes de Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz.
La labor se hizo de manera conjunta entre el batallón de desminado del Ejército de Colombia e integrantes de las Farc, entre los que estaba el negociador “Pastor Alape”, uno de los miembros plenipotenciarios de la delegación de paz de la guerrilla.
También están implicados en los trabajos la organización Ayuda Popular Noruega (APN), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y representantes de los países garantes, tal y como acordaron las partes el pasado 7 de marzo, cuando anunciaron el plan de desminado, que supuso un paso decisivo para bajar la intensidad del conflicto armado.
En esta primera fase se recogió “información precisa y útil” para la siguiente fase de limpieza y descontaminación, que se llevará a cabo a finales de junio, según indicaron a Efe fuentes cercanas al proceso.
“Confiamos en que esta primera medida conjunta de desescalamiento permita en un tiempo prudencial llevar alivio a las comunidades más afectadas por el conflicto”, señaló el comunicado leído por Rodolfo Benítez, representante de Cuba, y Dag Nylander, por Noruega.
El plan piloto de desminado también se llevará a cabo en otro punto de la región de Meta, aunque allí los trabajos no comenzarán hasta posiblemente después de verano, una vez que se haya culminado la limpieza en Briceño.
No obstante, para ir oteando el terreno, la semana pasada viajaron hasta esa zona otros dos integrantes de la delegación de paz de las FARC, “Romaña” y “Carlos Antón Losada”.
Sobre el inicio del plan de desminado también se pronunció el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, quien dijo que es “una muestra de lo que se puede lograr mediante el trabajo coordinado”.
“Por primera vez en más de cincuenta años de conflicto, un batallón del Ejército y las FARC, en forma conjunta, llevan a cabo acciones que favorecen una población afectada de forma severa”, subrayó, flanqueado por el resto de la delegación de paz, en la que hoy se incluyó a la canciller María Ángela Holguín.
De la Calle señaló que la experiencia en la vereda de El Orejón, “donde hay más artefactos explosivos que habitantes”, llevan “optimismo en un momento de dificultades”, marcado por el recrudecimiento del conflicto armado en Colombia, y muestra que hay una “oportunidad real y palpable” de acabar con la guerra.
Por parte de la guerrilla, “Alape” señaló que el plan de desminado es “un gesto esperanzador” para la paz que lanza el mensaje “que hay que dar”, que “si hay voluntad y firmeza” se puede poner fin a la guerra.
También señaló que el arranque del plan de desminado incide todavía más en “la necesidad de un cese el fuego bilateral”, que es lo que “el país está reclamando” y que es la “salida lógica, inteligente y civilizada”.