Independientemente de que la actividad haya sido una propuesta unilateral y que la misma arrojara nuevas fricciones a la ya insoportable división opositora, quienes acudimos a las protestas de este sábado por concordar con las peticiones de nuestros presos políticos, tomamos como signo de gran trascendencia la forma vehemente con la que en nombre de su esposo Leopoldo López, Lilian Tintori juró tres veces unidad y más unidad, al tiempo que Henrique Capriles optaba por manifestar en Guárico, e intentar visitar a nuestro derrocado alcalde de San Cristóbal, Daniel Ceballos. La Mesa de Unidad Democrática, estructura superior de organización de la disidencia, tiene que acoger estos gestos para pasar la página y reimpulsarse. NP
Así lo sostuvo el diputado de la Asamblea Nacional, Miguel Ángel Rodríguez, luego de la concentración capitalina en la plaza Juan Pablo Segundo, al insistir en que todos los grupos y personalidades opositoras deben abandonar el cuido de cuotas y enfocarse en amalgamar la fuerza electoral de un 80 por ciento de venezolanos hastiados de la tragedia revolucionaria.
Dividirnos más, agregó el parlamentario, es justamente la estrategia que persiguen los cizañeros líderes del Gobierno, los propagandistas de los medios secuestrados por el PSUV y los provocadores funcionarios de otras instituciones que, como el Consejo Nacional Electoral, de irritarnos con el retardo del anuncio del cronograma electoral han pasado a cometer delitos en calidad de cómplices al permitir un obsceno ventajismo electoral, incluso desde la propia precampaña del partido de Gobierno.
Miguel Ángel Rodríguez advierte que en el único escenario donde resulta lógica la división es en el del propio Gobierno y en tal sentido explica los golpes de pecho por culpa y gran culpa de la revolución en que se convierten las denuncias graves que ahora pronuncian organizaciones como Marea Socialista y Redes, entre otras, por actos graves de corrupción de la más diversa índole, detrás de la Venezuela improductiva y sumida en el infierno de una hiperinflación y un asfixiante desabastecimiento de alimentos, medicinas y demás productos para sobrellevar nuestras vidas.
“El Gobierno no tiene más que la mentira, la incitación al odio contra disidentes, incluso los que ha parido también la revolución, y la siembra de cizaña para dividir al adversario. En eso se explican las bajas y repudiables publicaciones de montajes en los programas del draculismo oficial a través de todos los medios secuestrados. Y es por eso que nuestra respuesta debe ser el fin de las divisiones opositoras y la puesta en práctica de un nuevo compromiso y juramento de unidad”, concluyó