Pistolas, cálculos biliares, máscaras mortuorias y sogas de horca de uno de los museos más macabros y menos visitados de Gran Bretaña serán exhibidos al público.
Durante más de un siglo, el Museo del Crimen ha funcionado dentro del cuartel general de policía en Londres, solo abierto al personal de Scotland Yard y a invitados. Inaugurado en 1875 para instruir a los agentes en el terreno nuevo de la detección científica, documenta muchos de los crímenes más notorios cometidos en el país, desde los asesinatos de Jack el Destripador hasta los del “asesino del ácido” y el gran robo del tren.
Cientos de objetos saldrán por primera vez de Scotland Yard para una exhibición en el Museo de Londres a partir de octubre.
El museo anunció el jueves que la exhibición incluirá 600 artículos, incluso las máscaras mortuorias de asesinos ejecutados, una pistola usada en un intento por asesinar a la reina Victoria, y notas de un detective sobre los asesinatos de Jack el Destripador en 1888.
Una exhibición macabra muestra cálculos biliares, los únicos restos de una víctima del “asesino del ácido” en los años de 1940. John Haigh fue un asesino compulsivo que disolvía los cadáveres de sus víctimas en ácido sulfúrico. La exhibición incluye los guantes de cuero y el delantal que Heigh usó para disolver el cadáver de la viuda acaudalada Olive Durand-Deacon, y los cálculos biliares, lo único que quedó de la mujer. Haigh fue ahorcado.
Los objetos comunes adquieren significado siniestro. Un frasco de talco contenía un compartimiento secreto en el que miembros de una banda de espías soviéticos escondía microdocumentos. Dos medias fueron utilizadas como máscaras por los hermanos que cometieron un robo y asesinato en 1905.
“Muchos de esos objetos que estamos exhibiendo tuvieron que ver con asesinatos; son parte de hechos horribles”, dijo una de las curadoras, Julia Hoffbrand. “Pero muchos son objetos cotidianos y aluden a la vida de la gente”.
También hay una botella de champán vacía que dejaron los ladrones del tren postal en 1963 conocido como el gran robo del tren. Los ladrones se embolsaron un botín de 2,6 millones de libras (equivalentes a más de 60 millones de dólares en la actualidad) pero dejaron huellas digitales en la botella y en otros sitios.
Uno de los artículos que no será expuesto es la cápsula con ricino, disparada desde el extremo de un paraguas, con la que fue asesinado el disidente búlgaro Georgi Markov en Londres en 1978. Hoffbrand dijo que esperaban incluirla, pero que no les permitieron sacarla de Scotland Yard porque el caso permanece abierto.
La exposición abrirá el 9 de octubre y estará abierta seis meses. AP