Los actos delictivos no paran de sorprender a los ciudadanos en las calles de la localidad y aunque en muchas oportunidades, los maleantes logran cometer la fechoría haciendo uso de la agresión, esta vez ambos se fueron con las manos vacías luego de intentar robarle una fuerte suma de dinero a un comerciante guasipatense. Eldrys Valenzuela/ NPG
El hecho sucedió alrededor de la 1:00 de la tarde cuando Édgar Gabriel Suniaga, de 34 años de edad, comerciante de Guasipati y dueño de una agencia de festejos en esa localidad, salía del banco Mercantil, ubicado en el sector Castillito de Puerto Ordaz, frente al centro comercial El Trébol. El hombre se embarcó en su camioneta Chevrolet Silverado, de color azul y con dos puertas, pero una sorpresa le esperaba.
Ingresó al vehículo y salió de la entidad con cerca de 2.200 millones de bolívares, los cuales metió en una caja, durante su recorrido pasó por el frente de Pollos La Llovizna, comercio ubicado cerca del banco, en ese momento fue interceptado por dos sujetos quienes realizaron un trasbordo desde un automóvil desconocido, ambos accedieron rápidamente a los puestos delanteros para cometer la hazaña del día.
Los delincuentes señalaron que querían el dinero que acababa de sacar del banco, mientras la camioneta andaba, se presume que los maleantes estaban dirigiendo el recorrido del ciudadano, la situación se le salió de las manos a Suniaga cuando se trasladaba por la avenida Venezuela y al quedar junto al semáforo que se encuentra en frente de Farmatodo, salió del canal izquierdo y traspasó la isla, yendo por el lado contrario funcionarios policiales fijaron la voz de alerta, pues al parecer cuando los delincuentes realizaron el cruce entre carro y carro, varios guayaneses alertaron a la policía.
Herida, muerte y fuga
El espectáculo se estaba montando. Efectivos adscritos al Centro de Coordinación Policial Cachamay fijaron la alarma de un secuestro a través de la radio y una patrulla que se encontraba en el sector avistó el carro cuando estaba siendo conducido en sentido contrario, inmediatamente los siguieron y continuaron su camino por la calle San Cristóbal, de Campo A2 de Ferrominera.
En medio del traslado, se presume que por molestia al ahora estar siendo perseguidos por los funcionarios policiales, uno de los delincuentes accionó el gatillo e hirió a Suniaga en la pierna derecha, movimiento que no le quitó a la víctima las ganas de frustrar el robo e inició el choque con varios vehículos que estaban estacionados en la misma calle, se estima que al menos siete de éstos fueron golpeados, de esta manera serían bloqueados por los azules.
La camioneta cuando estaba llegando al frente de Residencias Tore impactó con tres automóviles, un Ford Fiesta, una Hyundai Tucson y un Ford Ka; al estrellarse con la parte trasera de la Tucson la camioneta manejada por Suniaga perdió el caucho izquierdo y después colisionó con el Ka paralizando el recorrido.
Los maleantes se bajaron del vehículo e inició la huida. Uno de ellos giró hacia la carrera La Grita y el otro continuó bajando hacia la avenida principal de Castillito, el primero de los antisociales saltó el portón, pues la calle estaba sellada por un portón eléctrico, luego continuó el escape subiéndose por los techos de las casas del sector y disparando, pero cuando procedía a bajar por una de las estructuras fue sorprendido por varios efectivos policiales pertenecientes a la brigada motorizada que había entrado por el otro lado de la calle, inmediatamente se disparó el arma y el muchacho quedó herido. Al ser trasladado por los funcionarios de la Policía del Estado Bolívar al hospital Uyapar, el joven falleció en el camino.
El hoy occiso llegó sin signos vitales a la Emergencia del hospital Uyapar, recibió un impacto de bala en el pecho y se identificó como Joelvis Landaeta, de 27 años de edad, a quien se le incautó un arma de fuego tipo pistola, quien, según familiares que se hallaban en las afueras de la morgue del centro asistencial, residía en el sector El Roble, en San Félix. Se dedicaba a arreglar teléfonos y tenía un hijo pequeño con su anterior pareja, allegados desconocen la situación por la que pasó Landaeta, por lo que no pudieron rendir declaraciones al respecto.
El compañero de Landaeta aún no ha sido hallado y de manera extraoficial se conoció que posiblemente pertenezca a una banda que se dedica a operar con este tipo de acciones delictivas, por lo pronto las investigaciones continuarán hasta dar con los criminales que azotan las calles de Ciudad Guayana.
Una víctima
Aunque Édgar Suniaga resultó prácticamente ileso del suceso, fue inicialmente trasladado en una ambulancia hacia el hospital Dr. Américo Babó, conocido como el hospital de Ferrominera, de donde luego fue dirigido hacia el Uyapar y oportunamente atendido por los médicos que se hallaban en la Emergencia del lugar.
Al parecer la víctima de este secuestro y robo estaba retirando el dinero para llevarlo a su residencia, se presume que pudo haber sido observado en otras ocasiones cuando hacía este tipo de operaciones en Puerto Ordaz.
El nuevo “Pakistán”
“Pakistán”, así llamaron los vecinos al sector de Campo A2 de Ferrominera, pues los actos delictivos en esta zona no cesan, exigen que el patrullaje por el área sea continuo puesto que muchos de sus habitantes son constantes víctimas de atracos al caminar por las calles y también al tomar un transporte público. La comunidad se alarmó ante todo el ruido generado por el enfrentamiento y solo quieren que la justicia llegue.
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