La autocalificación de Estado Islámico (EI) expresa la decisión de crear un Estado, una versión siglo XXI del antiguo Califato, declarado como tal en junio de 2014. La denominación, desde Occidente, de organización terrorista armada nos enfrenta a visiones sobre un mismo hecho que indudablemente marcará la historia. Cualquiera sea la óptica, se trata de un grupo que dice tener más de 2.000 millones de dólares en efectivo, controla amplios territorios de Siria e Irak y tiene en su nómina a unos 50.000 combatientes, y a su llamado han acudido más de 12.000 militantes extranjeros.
Pero, además, el manejo de las redes sociales para difundir sus tácticas brutales, que han dejado miles de muertos y más de un millón de personas desplazadas, habla de una organización con un financiamiento excepcional.
La droga y los secuestros han sido mecanismos tradicionales de financiamiento de la guerra. Basta con mencionar sólo algunos hechos. Ya el imperio japonés durante los años treinta y cuarenta financiaba sus operaciones militares en contra de los chinos, con el tráfico del opio. En Colombia se ha denunciado que el narcotráfico es la principal fuente de financiación de las FARC. Al-Qaeda produce y trafican drogas como un arma en su guerra contra Occidente.
El Estado Islámico utiliza como financiación el secuestro, las donaciones procedentes básicamente del Golfo Pérsico, los impuestos que deben pagar quienes no son musulmanes y, fundamentalmente, los ingresos provenientes de la explotación de los pozos petroleros y centrales eléctricas. Lo que lo coloca, a los ojos de EEUU, como el grupo terrorista mejor financiado que les ha tocado enfrentar. EI sabe que para tener éxito necesitan petróleo, agua, electricidad y los utilizan no solo para financiar la guerra, sino en la reconstrucción de infraestructura en los territorios que van conquistando y el mantenimiento de una sofisticada burocracia.
Señala Claude Salhani, escritor y analista político especializado en Medio Oriente, que lo que ha hecho poderoso a EI en su estrategia militar es seguir “el mapa de los campos petroleros” y no es gratuito que todos los países que el grupo aspira gobernar, de acuerdo con el mapa publicado en su página web, sean productores de petróleo.
El EI ha dicho que para el Califato es fundamental “la tierra de Haramayun”, es decir, el reino de “Arabia Saudita, donde están los dos sitios sagrados, La Meca y Medina”, con lo cual atraerían más combatientes a favor del EI y la construcción de una comunidad mundial de creyentes y por esta vía se apoderarían de zonas ricas de petróleo.
Otros analistas internacionales señalan que este grupo terrorista venía desde hace más de tres años cometiendo crímenes en Siria y, sin embargo, no hubo movilización internacional ni participación de la ONU. Pero también indican que el mundo occidental interviene cuando actúan en contra de Irak, en donde EEUU y Europa tienen importantes intereses económicos petroleros.
Señalan que el interés es proteger la ciudad de Erbil, capital del Kurdiskan iraquí, ubicada en la región del mismo nombre, al norte de Irak y cerca de la frontera de Irán y Turquía. Dicha región posee 89% de las reservas de gas natural de Irak y es centro importante de producción petrolífera. Allí operan más de 40 empresas petroleras extranjeras, entre ellas ExxonMobile, Gazprom, Chevron y Total.
¿Será para el Estado Islámico una guerra religiosa? La participación de la coalición antijihadista que reúne a más de 60 países ¿será por razones humanitarias?
Un hecho: el EI viene avanzando. En Siria controlan la región productora de Deir Az-zour (frontera con Irak), que cuenta con la mayor reserva de petróleo en ese país, la llamada zona “Al-Omar”. Ese campo produce crudo liviano, fácil de refinar y está bajo su control desde julio del año pasado.
Recientemente, en el mes de mayo, el ejército sirio informó que había muerto Abú al Taim al Saudi, considerado el ‘Ministro del Petróleo’ del EI. Según la noticia, había muerto, en una incursión cuyo objetivo era el yacimiento petrolero de Omar.
Por su parte, la Casa Blanca informó que el presidente Barack Obama autorizó una penetración en el territorio sirio y en la misma se le dio muerte a Abu Sayyaf, quien dirigía el comercio ilegal de petróleo y gas, así como las operaciones financieras del grupo yihadista.
Recientemente tomaron la ciudad siria de Palmira, lo cual les permite controlar los yacimientos de gas de Al Arak y Al Hil. En definitiva, el EI tiene la mayoría de los campos de petróleo y gas de Siria. Por el contrario, el gobierno de Damasco solo conserva el yacimiento de gas de Al Shaer, en la provincia de Homs, y las milicias kurdas que luchan en Siria guardan el campo petrolífero de Rmeilan.
Han sido feroces sido los enfrentamientos en Irak. No olvidemos que Irak tiene las segundas reservas petrolíferas más importantes del mundo, es un crudo liviano y los costos de producción son relativamente bajos. Después de la invasión de Irak por parte de EEUU en 2003, que derrocó al régimen de Sadam Hussein, la casi totalidad de las reservas petrolíferas del país se habían concedido a empresas occidentales.
A principios de 2014 la refinería de Baiji (a 200 kilómetros de Bagdad) cae en manos del EI. En esa planta se refina una cuarta parte del crudo del país árabe. Según el Departamento de Estado de los EEUU, esa refinería le generaba aproximadamente dos millones de dólares de ingresos diarios al grupo y producía, en circunstancias normales, 300 mil barriles de crudo diarios.
El 19 de noviembre del mismo año, las fuerzas iraquíes retoman el control de la citada refinería. Sin embargo, en diciembre de 2014, el EI logra dominar parte de la carretera que atraviesa Baiji, y a partir de abril de este año tomaron el control de 60% de la superficie de la refinería.
Ambos bandos se pelean el complejo refinador, a pocos kilómetros de Tiktit, capital de la provincia de Saladino. Recientemente una fuente de las tropas iraquíes anunció que la refinería ya no está bajo el control yihadista, pero sus instalaciones han dejado de funcionar.
Según datos de origen ruso, el Estado Islámico vende el barril de petróleo a precios entre 7 y 30 dólares. Esa venta es hecha mediante canalizaciones subterráneas y usando camiones por rutas especiales. Esas son rutas de contrabando que Saddam Hussein creó para vender el crudo, debido al embargo comercial decretado por la ONU en 1990.
La mayoría de este petróleo es sacado de contrabando y es vendido a comerciantes en Turquía y comercializado en ese país, igualmente se ha señalado que turcos y kurdos de Irak, socios de EEUU en la coalición contra el EI, son los principales compradores de ese crudo.
El Parlamento Europeo recibió el 2 de septiembre de 2014 a la representante de la Unión Europea (UE) en Irak, para discutir acerca del avance del EI en la región. Allí, la funcionaria (Hybášková) denunció que ciertos países de la UE importaban petróleo del Califato a través de Turquía. Tal afirmación también había sido sostenida por Alexánder Bórtnikov, director del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), quien afirmaba “hay países europeos comprando petróleo de contrabando del EI”. Esto siempre ha sido negado por la UE.
EEUU no se ha librado de acusaciones acerca de la comercialización ilegal del crudo. Rusia viene sosteniendo que el petróleo robado por Al Nusra en Siria lo comercializa ExxonMobil y el crudo del EI lo vende Aramco (EEUU/Arabia Saudita).
No se sabe qué hay de verdad en esas afirmaciones. Lo que sí es cierto es que EEUU amenazó con aplicar sanciones a quienes comercialicen o ayuden a comercializar el petróleo del EI, y el Consejo de Seguridad de la ONU, el 12 de febrero de este año, aprobó una resolución que exige a los Estados congelar los haberes del EI, no comerciar con ellos y controlar el tráfico de camiones que pasan, sobre todo, a través de la frontera entre Turquía y Siria. En octubre de 2014, el secretario adjunto del Tesoro de EEUU, David Cohen, acusó a los kurdos iraquíes y al propio Gobierno sirio de comprar a través de intermediarios turcos el petróleo robado por los terroristas. Damasco calificó de “mentiras infundadas” tal afirmación.
El profundo temor es que el EI siga avanzando y llegue a Libia, país con las mayores reservas de petróleo en África (48 billones de barriles aproximadamente).
Los ataques que han venido realizando demuestran que su intención es apoderarse de las reservas de petróleo y gas de Libia, aunque la producción de este país ha disminuido considerablemente. Ya dominan Sirte, ciudad rica en petróleo ubicada a 300 kilómetros de Italia. Entre Sirte y la frontera con Egipto se concentran hasta 66% de los yacimientos de petróleo libio.
El EI controla ya un tercio de Irak y media Siria, una extensión de casi 300.000 kilómetros cuadrados, la coalición internacional no ha logrado detener su avance. Por eso están reunidos en París 25 representantes de más de 60 países que conforman la coalición internacional. Dicha reunión comenzó con la intervención del primer ministro iraquí quien afirmó “estamos asistiendo a un fracaso de la comunidad internacional”, para seguidamente pedir ayuda y evitar que sigan llegando combatientes de todo el mundo y que el EI pueda seguir vendiendo objetos saqueados del patrimonio cultural, y petróleo.
¿Conseguirá este grupo armado, con la ayuda del petróleo, convertirse en un Estado, con territorio, población, gobierno, riqueza, infraestructura, administración, sistema de justicia y sus propias fronteras? El tiempo lo dirá.
Publicado originalmente en www.inteligenciapetrolera.com.co.