La MUD y el PSUV trabajan muy duro para que muchos sigan confundidos con su ficción de democracia. Frente al momentum electoral que se está levantando, es necesario que hagamos Política de una manera especial. El poder político que tú tienes al no ir a votar, como expresión de tu negativa a tolerar un sistema que no es democrático, es sumamente grande y peligroso para la Clase Política; así le podemos quitar poder al despotismo.
¿Cómo le quitamos el poder a los despotas?
Desnudemos las mentiras que nos dicen. Éstas son algunas de ellas:
1.- «Si no votas dejamos los espacios vacíos». La verdad es que si se vota sólo ganarán los intereses de una Clase Política que necesita seguir diciéndole al mundo que todo lo resuelven con este CNE, y que por eso vivimos en una democracia. En este contexto, el voto es un obstáculo para que seamos libres, puesto que todo proceso estatal es controlado por el régimen y no hay posibilidad real de que salgan del poder por vías convencionales. La lucha es entonces existencial. Una vez que tratemos a la dictadura como dictadura, con una acción directa como la desobediencia del proceso electoral y luego el desconocimiento de los personeros que queden electos, podemos legítimamente generar otras acciones que reordenarían las fuerzas políticas de nuestro país. En definitiva, la votación no nos librará del yugo de los narcocomunistas ni de sus colaboradores.
2.- «Si no votas nada va a cambiar». La verdad es que sí ocurriría un cambio. Si nosotros logramos demostrar que una gran cantidad de la población no tolera a la dictadura, y que ninguno de esos actores representa a los ciudadanos, se deslegitiman sus reglas de juego – pierden validez. Un alto porcentaje de abstención, en un contexto como en el que vivimos, es más poderoso que una fiesta democrática de votos, marchas como catarsis, cacerolazos o la repetición incesante de consignas sin sentido. Si terminamos deslegitimando al actual sistema político, podemos hacer viable una transición política de emergencia; con un gobierno de facto que ponga orden e instaure un nuevo sistema político, en el cual se pueda volver a elegir. Pero esto es menos probable mientras se siga aceptando la trampa.
3.- «Los que no votan son apáticos e indiferentes». La verdad es que la apatía no existe. Es una respuesta natural y saludable a la decepción y al agotamiento. Es una manera inconsciente de olvidarse de traiciones e incoherencias. Ya es momento de que los errores se coloquen en el lugar que corresponde: en el de los “políticos” que rompen sus promesas, y no en el de las personas que se sienten decepcionadas. La “apatía” es una forma de participación política: no ir a votar en estas elecciones parlamentarias es demostrar que estás en contra del sistema.
4.- «Si no votamos le dejamos el camino libre al PSUV». La verdad es que el PSUV tiene el camino libre con la MUD abriéndole paso. Si nos fijamos en las últimas elecciones al parlamento, la “Oposición” tuvo una considerable presencia – como para que eso no ocurriera. Sin embargo, la misma gente que te pidió el voto, en aquella oportunidad, es la misma que te pide que votes otra vez por ellos. Ellos, que felizmente permiten TODAS las violaciones (antes, durante y después) y tienen los números de inasistencia más altos del hemiciclo. No los representaron en aquella oportunidad, menos lo harán ahora. ¿Recuerdas algún freno que se le haya colocado al régimen con la “Oposición” allí? Más fácil es recordar todos los saltos de talanquera, la complacencia, las ausencias, las contradicciones, las sonrisas y abrazos… ¡hasta cómo cantaron el Himno Nacional con la voz de Chávez! Mientras estos mal-llamados partidos políticos sigan compartiendo y repartiéndose el poder, nos seguirán manteniendo sometidos con elecciones para siempre.
5.- «Hay que votar por el mejor de lo peor, eso es lo que hay». La verdad es que nos merecemos políticos de altura, que sean coherentes, que sean responsables con lo que dicen y hacen, que no provoquen lástima y que estén muy bien preparados. En Venezuela ya es momento de que no tengamos que vernos forzados a votar por los peores, por los que no nos representan, sólo porque algo peor que ellos podría ganar.
6.- «Votar es un deber en democracia, no puedes renunciar a él». La verdad es que no estamos en democracia. Por otra parte, el voto es un derecho, es decir, debes valorarlo y no botarlo a la basura para vestir de lo-que-no-es a una dictadura. Si valoras el poder que tienes como individuo dentro de la sociedad, y tienes consciencia de tu poder, protegerás a tu descendencia de ser sometida por los déspotas del futuro.
7.- «Hay personas que no pueden votar y tú, que tienes el privilegio de hacerlo, lo desperdicias». Eso es cierto cuando existe democracia. Estamos enfrentando a una dictadura comunista; votar significa lavarle la cara al enemigo ante el mundo. No te dejes engañar por los enemigos de la ciencia política: no existen -en la práctica- híbridos o dictaduras democráticas. La dictadura y la democracia son dos conceptos antagónicos, como los de felicidad y tristeza: como no existe una media-felicidad o una media-tristeza, tampoco hay una medio-democracia o una medio-dictadura. Los únicos privilegiados en esta dictadura son los que conforman la Clase Política. Ellos son los que ganan cuando usan tu voto para obtener nuevas prebendas.
8.- «ABP, Vente y VP son diferentes, no seas radical». La verdad es que son iguales todos, y eso lo demuestran sus objetivos políticos electoralistas. Lo mismo puede decirse de Capriles y el resto de la MUD, e incluso el PSUV. Son parte del decadente sistema político actual, no tienen un origen distinto y por eso no pueden representar un porvenir diferente.
9.- «Me molestan los abstencionistas como tú, porque son los culpables de todo». La verdad es que más bien debería molestar que el sistema sea perverso y esté amañado. Debería causar molestia, más bien, el hecho de que no se pueda elegir a alguien que esté a la altura de nuestras aspiraciones como venezolanos. Éste es el momento de comenzar a dirigir la ira acumulada hacia la Clase Política: esos personajes que sostienen al sistema para seguir manteniéndonos sometidos.
10.- «Yo voto aunque me roben el voto; porque si no voto, me roban el voto». Esto no es más que un consuelo metafísico (mágico-religioso, agregaría yo). Nosotros votamos pero en democracia, no en esta dictadura.
Con las reglas del que te somete, nunca serás libre. Desobedece y desconoce al enemigo. Tu rebeldía libertaria es el inicio de la Venezuela Futura.