El senador opositor y excandidato a la presidencia de Brasil Aecio Neves criticó la pasividad del gobierno brasileño sobre la situación política en Venezuela, cuatro días después de su convulso viaje a Caracas, e instó a la presidenta Dilma Rousseff a recordar su pasado como presa política.
“Es incomprensible el apoyo de la presidenta Dilma -en función de su propia biografía de exprisionera política- a un gobierno que intenta silenciar a sus opositores por la fuerza”, escribió Neves en una columna de opinión publicada en el diario Folha de Sao Paulo titulada “Intolerancia y omisión”.
El candidato socialdemócrata -que perdió ante Rousseff en el balotaje por estrecho margen- pidió a la presidenta que reaccione ante una “causa humanitaria”.
“Quien calla consiente. El silencio de Brasil es vergonzoso e inmoral. En pleno siglo XXI es intolerable la existencia de presos políticos. No se cede con la libertad. Hay valores que por su fuerza y significado están por encima de las diferencias partidarias y políticas”, argumentó el líder la oposición.
Neves y varios senadores brasileños, tanto de la base aliada del gobierno como de la oposición, aterrizaron el jueves en el aeropuerto de Maiquetía, a 40 km de Caracas, en una misión política y al mismo tiempo “humanística” para pedir la liberación de los opositores presos Leopoldo López, Antonio Ledezma y Daniel Ceballos.
Pero al salir del aeropuerto se encontraron que el tráfico estaba interrumpido por una protesta y un operativo de limpieza de los túneles ubicados en la autopista que comunica ambos puntos.
Tras varios intentos de alcanzar la capital y llegar a la cárcel donde está recluido López, la furgoneta en la que se trasladaban fue atacada por un grupo de manifestantes, por lo que decidieron suspender la agenda y regresar a Brasil cinco horas después de haber llegado.
Esa misma noche, el gobierno brasileño anunció que iba a pedir aclaraciones a Caracas por los “inaceptables actos hostiles” registrados contra el grupo de legisladores.
La cancillería venezolana, por su parte, aseguró al día siguiente que fue una “gran mentira” afirmar “que la seguridad e integridad física de estos senadores de la derecha brasilera estuvo comprometida”.
En el texto, el gobierno venezolano denuncia que los legisladores “arribaron al país con el único propósito de desestabilizar la democracia venezolana y generar confusión y conflicto entre países hermanos”.
En sus años como presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) fue un estrecho aliado del fallecido líder venezolano Hugo Chávez (1999-2013) y promovió fuertes inversiones brasileñas en Venezuela.
Sin embargo, la relación entre sus respectivos sucesores, Dilma Rousseff y Nicolás Maduro, luce menos intensa.
AFP