La Esclerosis Múltiple es una enfermedad crónica, autoinmune, inflamatoria, desmielinizante y degenerativa, que puede afectar muchas de las funciones del sistema nervioso. De acuerdo a las estimaciones de la Federación Internacional de Esclerosis Múltiples, la patología afecta a 2.3 millones de personas en el mundo.
El Programa de Esclerosis Múltiple del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales señala que en Venezuela, por cada 100.000 habitantes hay de 3 a 5 personas que presentan esta enfermedad, y 2 de cada 3 pacientes son mujeres.
Este año grupos y asociaciones de 78 países se unirán en una campaña global de concientización sobre la enfermedad. El tema principal de la campaña informativa de este año es: cómo mejorar el acceso a tratamientos, información y a la vida social de las personas que tienen esta condición.
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La esclerosis múltiple es causada por inflamación y daño a la cubierta de mielina que rodea las neuronas y sus axones, que al deteriorarse disminuye o detiene los impulsos nerviosos en el cerebro, también se produce lesión de los axones y neuronas produciendo su degeneración. El daño ocurre cuando las células inmunitarias del propio cuerpo atacan el sistema nervioso. Esto se puede producirse en cualquier área del cerebro, el nervio óptico o la médula espinal.
Se diagnostica frecuentemente entre los 20 y 40 años de edad, aunque puede presentarse en edades pediátricas y en adultos mayores. Los síntomas varían porque la localización y magnitud de cada ataque puede ser diferente. Los pacientes con esta condición pueden presentar episodios con varios días, semanas o meses de sintomatología neurológica (brotes). Entre los ataques hay períodos de remisión.
Impacto en la atrofia cerebral
Una de las condiciones asociadas a la esclerosis múltiple es la atrofia cerebral, definida por la neuróloga y neurofisióloga Rosalba León, como el daño estructural del cerebro, con pérdida definitiva de neuronas y axones que condicionan la disminución del volumen cerebral.
La especialista con máster en neuroinmunología, explicó que como parte del envejecimiento natural de las personas, el cerebro humano empieza a disminuir su volumen a partir de los 30 años de edad. Este proceso de cambio del volumen cerebral con pérdida de neuronas y axones, se profundiza aceleradamente en pacientes con esclerosis múltiple.
“En adultos sanos después de los 30 años, se produce pérdida del volumen cerebral a un ritmo de aproximadamente -0.1 a -0.3% anual. En pacientes con esclerosis múltiple no tratados, la velocidad de pérdida cerebral se incrementa a -0.5 a 1.35%, es por ello que es de suma importancia el tratamiento precoz de estas personas para prevenir y preservar el volumen cerebral”, recalcó Dra. León.
Acotó la neuróloga, que en pacientes afectados con esclerosis múltiple la atrofia cerebral se correlaciona con discapacidad física y cognitiva progresiva e irreversible. “Tomando en cuenta que la mayoría de los pacientes comprometidos con esta patología son grupos etarios entre 20 y 40 años, que están en etapa de la vida productiva, iniciando la formación de una familia; esto trae como consecuencia gran impacto negativo en su calidad de vida, en los ámbitos laboral y de relaciones sociales, con un importante costo también para el Estado”.
En cuanto a la terapia médica, la especialista mencionó que hay evidencias en estudios fase III, que indican la disminución de la velocidad de la reducción del cerebro, con algunos tratamientos, entre ellos el fingolimod. “Este fármaco ha demostrado por mediciones del volumen cerebral con técnicas no convencionales, que tiene efecto significativo en la reducción de la pérdida del volumen cerebral en 2 años de seguimiento en pacientes incluidos en los ensayos”.
En general, las recomendaciones de la galena se orientaron al monitoreo constante de los pacientes diagnosticados con patologías neurológicas, e incluso cuando se sospeche la existencia de la enfermedad, para tratar de evitar la discapacidad en estos enfermos. Esto ayudará a identificar rápidamente el problema, optimizar el tratamiento y evaluar correctamente la respuesta terapéutica.