Es insólito una actitud como esta de Maduro con un aliado estratégico e ideológico como lo es Brasil, especialmente cuando Lula y Dilma le extendieron la mano y consiguieron que el ex-embajador de Estados Unidos en Brasil y ahora enviado especial del Presidente Obama, Thone Shannon, los recibiera en Haití para ver como soslayan la aplanadora que esta por caerles encima con acusaciones de todas las especies y en la que supuestamente se involucra también al nuevo amigo caribeño que han ensalmado, execrándolo por ahora, del terrorismo internacional. La respuesta de Maduro a tamaño auxilio fue de meterle una zancadilla a Dilma maltratando a los miembros de uno de los poderes autónomos del Estado Democrático como lo es el Congreso Nacional, el cual, en estos momentos ha comenzado a cuestionar la corrupción y la política económica del gobierno de Dilma que durante la campaña negaba la implementación de los ajustes económicos, para inmediatamente después de ganar la reelección, anunciar un programa neoliberal como el que ofrecía con honestidad y sinceridad su contrincante, Aécio Neves, que ahora el pueblo le cobra a Dilma por hacer lo que mejor hace de Maduro, “mentir”. Curiosamente, la delegación del senado era precisamente presidida por el ex -candidato presidencial, Aécio Neves y el presidente de la Comisión de Política Internacional de la Cámara Alta, por lo que se desprende, que Dilma debe haber aprovecho la ida de su fuerte contrincante a Venezuela para pedirle a Maduro le diera un escarmiento y así exponerlo humilládo ante a la opinión pública brasileña y de pasó golpear al Congreso Nacional que se le opone o por el contrario, Maduro es tan inepto y mal agradecido, que ha preferido exacerbar al Congreso para generarle un conflicto de poderes a su aliada brasileña, sobre todo en estos momentos en donde se cuestiona a su gobierno, su popularidad esta en 13%, las denuncias de corrupción le tienen la cabeza de ella y la de Lula friéndose lentamente y para colmos, en estos días, el Tribunal de Cuentas de la Unión le ha solicitado responder personalmente en 30 días, sobre la prestación de cuentas nacionales, el cual pudiera ocasionarle un juicio político( impeachment).
Los venezolanos comunes y corrientes no dudamos en ningún momento que el gobierno de Dilma apoya incondicionalmente a su aliado bolivariano venezolano y trata por todos los medios de ayudarlos a pesar de sus torpezas, por ello es que el silencio y el voltear la cara son los signo más destacado del gobierno del Brasil en relación a las multitudes de acusaciones de gobiernos, parlamentos y organismos internacionales contra el gobierno autoritario, represivo y violador de los derechos humanos de Maduro. La mejor prueba de esto, han sido las declaraciones del Asesor Internacional de Lula y Dilma, Marco Aurelio García, fijando claramente la política del Partido de los Trabajadores y del Gobierno del Brasil, acusándolos y responsabilizándolos de realizar una visita de “senadores opositores” en un momento inoportuno y en un acto de proselitismo político. Como si esto fuera poco, para despejar cualquier dudas del irrestricto apoyo a la violación de los derechos humanos, la persecución y encarcelamiento de los opositores y el deterioro de los valores democrático por parte del gobierno de Maduro señaló: “el viaje (de los senadores) fue un intento de transformar la frustrada visita a los presos políticos de oposición en un embate político-ideológico”, como dicen los abogados “a confesión de parte relevo de pruebas”. Para concluir, con un gesto de magnanimidad y ecuanimidad imperial lusitana, insistió que el gobierno de Brasil intenta resolver la situación de tensión en Venezuela vía UNASUR !A buen entendedor, pocas palabras bastan!. Esperemos que la MUD y su Comisión Internacional no se entrampen ellos solitos.