Un doctor venezolano lidera la lucha mundial contra el cáncer: se trata de Sergio Giralt. Por sus manos han pasado pacientes como la actriz Daniela Bascopé, el cantante Yordano y la periodista estadounidense Robin Roberts, entre otros.
Su deseo por ayudar a los pacientes más necesitados lo llevó a inclinarse por la medicina interna y la oncología antes que ser psiquiatra, su primer amor en la ciencia médica, según confesó desde su hogar en la ciudad “que nunca duerme”, Nueva York.
Este médico egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y amante de las lentejas relata cómo han sido los avances en los últimos 20 años para erradicar las células cancerosas y especialmente los desordenes de este tipo en la sangre.
“Ahora nos damos cuenta que es una enfermedad mucho más compleja de lo que pensábamos”, aseguró el doctor.
¿Por qué el sistema inmunológico no puede reconocer las células cancerosas y destruirlas?
Las células cancerosas logran dañar el sistema inmunológico de distintas maneras. El sistema no puede reconocer al cáncer como extraño, si lo trata de reconocer, es rechazado.
¿Cómo se elimina y reemplaza la médula ósea?
Se dan altas dosis de quimioterapia con o sin radioterapia para poder eliminarla. Luego debe haber un donante con el mismo tipo tisular, no el mismo tipo de sangre. Generalmente los donantes se pueden conseguir dentro de la familia, un hermano o hermana tiene un 25% de chance de ser completamente compatible.
¿Cuál ha sido el avance más importante en estos últimos 20 años?
El cáncer no es una enfermedad, son muchas enfermedades que tienen como patrón final el que las células no mueran, proliferan. Hemos encontrado anormalidades cromosómicas que nos permiten tratar y diseñar drogas ‘diana’ cuyo objetivo es reemplazar o inhibir lo que la anormalidad genética ha desarrollado. La tecnología de trasplante de médula ósea ha avanzado dramáticamente, también se han aprobado nuevas drogas para el tratamiento de este síndrome. Hace 20 años nunca se trasplantaba a nadie por encima de los 50 años. Gracias al régimen de intensidad reducida ahora podemos trasplantar rutinariamente a pacientes de hasta 75 años.
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