Por considerarlo un golpe que “desnaturaliza el matrimonio y desestabiliza a la familia”, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) criticó la sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo que flexibilizó nuevamente el divorcio al permitirle a las parejas que deseen separarse no solo acogerse a los escenarios previstos en el Código Civil sino “a cualquier otra situación que impida la continuación de la vida en común”.
“Esta sentencia cambia la legislación civil vigente, creando un trámite simplificado de divorcio por mutuo consentimiento sin ninguna otra condición. Esto abre las puertas a un régimen de divorcio sin causales, debilitando así la estructura familiar”, denunció la Comisión de Familia del Episcopado, la cual preside el obispo auxiliar de Caracas, monseñor Fernando Castro.
Tras reiterar que “la Iglesia anuncia, promueve, protege y defiende el matrimonio constituido por un varón y una mujer y la familia formada”, los prelados recordaron que “el matrimonio es así la base natural de la familia” y “es patrimonio de todos y del cristianismo considerar a la familia como sagrada”, pues ella “es lugar de respeto, armonía y paz; es promotora de ciudadanía, escuela de lealtad y compromiso, sólo allí se respeta plenamente la dignidad de los niños y adolescentes”.
Los obispos, en el comunicado redactado en su 104 asamblea plenaria celebrada la semana pasada en Caracas, alertaron que tanto el matrimonio como la familia “en la actualidad están amenazados por grupos de presión sobre legisladores, empresarios, comunicadores, etc”.
Por último, alertaron a los venezolanos “a trabajar y a comprometerse en difundir, explicar y mostrar la belleza de la familia y el matrimonio según el plan de Dios”, pues “nos jugamos el futuro del hombre, de los niños y de los jóvenes y la solidez de la patria y de la Iglesia”.
Entre 2014 y 2015 el TSJ ha dictado dos fallos flexibilizando el divorcio por mutuo consentimiento, para así hacerlo más ágil y sencillo.