Albert Subirats, el mejor nadador venezolano de la historia, vive agradecido de la capacidad de resistencia de su cuerpo por más de 20 años, por eso no llora ahora que músculos, tendones y ligamentos le anuncian el final. EFE
“Mi cuerpo no da más y hay que parar, intentaré llegar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y ahí acabará todo”, dijo a Efe el nadador de 28 años, colocado hoy en el cuarto lugar de la final de 100 metros estilo mariposa de los Panamericanos de Toronto.
Parado con cara de desamparo mientras el agua le chorrea y hace gestos de dolor, Subirats dice sentirse decepcionado porque se entrenó duro y después de haber ganado su serie eliminatoria por la mañana, este jueves el cuerpo se negó a acelerar en los últimos 10 metros y con un registro de 52.52 segundos se quedó sin medallas.
Era su prueba favorita, que había ganado hace cuatro años en Guadalajara y en la que fue medallista en los Campeonatos Mundiales de Natación de Melbourne 2007.
Por la mañana había dominado la eliminatoria con 52.60 segundos y en la final se paró confiado en el bloque de arrancada. Pasó los primeros 50 metros en segundo lugar con un parcial de 24.18, pero de repente sintió cansancio y apenas tuvo fuerzas para llegar cuarto.
“No logré ni el tiempo ni el lugar, me duele todo, también los músculos”, dice detenido en la zona de entrevistas donde antes los periodistas solían caerle en grupo.
Además del bronce mundial de Melbourne, Albert tiene tres medallas en Mundiales en piscina de curso corto, entre ellas la de oro en 50 metros estilo mariposa en Dubai 2010. Lleva más de 20 años en el deporte y sabe que a veces hay días malos, pero sospecha que su derrota de hoy no se explica con eso, ni con nada.
“No sé qué pasó porque en la mañana estaba bien, venía nadando bien hasta hace unas horas y ahora no pude, este deporte no es fácil”, comenta y mira al suelo humedecido con sus aguas.
Ha superado lesiones, algunas graves como las que lo llevaron hace par de años a dos cirugías de hombro, de las que regresó como mejor persona y mejor nadador. En noviembre pasado ganó cinco medallas de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz y hasta se dio el lujo de bromear con su ‘vejez’, pero seis meses después las cosas han cambiado.
Albert ha decidido retirarse en un año, y solo le queda hacerlo como corresponde a uno de los mejores deportistas latinoamericanos en lo que va de siglo. “Mañana saldré a nadar bien los 100 espalda, luego pensaré en los Mundiales de Rusia y en el 2016 quiero hacer 51 minutos en los 100 mariposa para ser protagonista en Río”, dice.
El agua comienza a secarse en su cuerpo de piel blanca, el rostro se ha liberado de la mueca de dolor. Entonces Albert Subirats cae en cuenta que falta un año para pintar el punto final y mientras tanto debe vivir.
“En una de esas mañana me va bien”, dice en voz alta y cae en cuenta que otras veces se levantó de hoyos más profundos.