El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció hoy la recuperación de 280 mil hectáreas en el centro-sur del país que estaban en poder de la organización guerrillera Farc y que serán entregadas a campesinos para que en ellas se produzca “de manera eficiente”. EFE
En una declaración que dio en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, Santos ofreció junto al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, los detalles de una operación calificada como la “mayor incautación de predios ilegalmente ocupados por las Farc en toda la historia”.
Los terrenos, valorados en 450.000 millones de pesos colombianos (unos 163 millones de dólares) están ubicados en el departamento del Meta y un “pedacito relativamente pequeño”, del Caquetá, explicó Villegas.
Santos destacó que estas hectáreas fueron adquiridas ilegalmente “bien porque los títulos no eran legales o porque eran ocupaciones de bandidos” pertenecientes a los bloques oriental y sur de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
La incautación de estos predios se produjo en el marco de la campaña “Espada de Honor III”, que continúa el protocolo de guerra que el país andino inició hace varios años y que ha sido el responsable de algunos de los mayores golpes a este grupo armado.
Para el ministro de Defensa se trata de terrenos ubicados en una “zona estratégica” para la guerrilla, por lo que felicitó al mando militar por el desarrollo de este operativo, que ha involucrado, además de las Fuerzas Armadas, a varias entidades del Estado.
Por su parte, Santos subrayó que la recuperación de estas tierras, cuya extensión equivale al departamento central de Quindío, célebre por sus cafetales, “es un golpe importante” dentro de la política de recuperación de terrenos adquiridos ilegalmente por parte de guerrillas, paramilitares o “personas inescrupulosas”.
Y recordó que dentro de los preacuerdos alcanzados en los diálogos de paz con las FARC se ha acordado la creación de un Fondo de Tierras” que se nutrirá de hectáreas ocupadas ilegalmente por grupos armados para que estas sean devueltas a campesinos desplazados por la violencia.
El golpe dado en el Meta, apuntó el presidente, es “un ejemplo” de cómo va a configurarse ese fondo para tratar de paliar uno de los problemas raíces del conflicto armado, la propiedad de la tierra.
Con respecto del uso que se dará a estas 280.000 hectáreas, Santos aseguró que serán entregadas “a los campesinos” para que sean puestas a producir “eficientemente”, si bien no se aventuró a fijar un plazo para que la adjudicación se produzca.