Una reclusa colombiana, que recibió permiso médico para someterse a una cirugía para corregir el desplazamiento de una de sus prótesis mamarias, aprovechó la entrada a quirófano para hacerse una liposucción, informaron este viernes autoridades penales, que abrieron una investigación contra la mujer. AFP
“Cuando ella sale (de la prisión) tiene ordenado un procedimiento quirúrgico para acomodarse la prótesis que se le había corrido. Eso es lo que estaba para ella ordenado, no contando con que aprovechó para hacerse otro procedimiento más: una lipo láser”, dijo a la emisora colombiana Blu Radio Ofelia Díaz, directora de la cárcel Buen Pastor de Barranquilla (norte), donde se presentó el caso.
“A ella se le autoriza para quitarse todas las dolencias, los malestares que ya los calmantes que venía consumiendo no le calmaban (…) que ella haya aprovechado para hacerse otro procedimiento es lo que se puso en conocimiento de las autoridades y por lo que nosotros al interior también iniciamos una investigación disciplinaria contra la interna”, explicó Díaz.
La reclusa, identificada como Steffy Díaz, de 26 años, está presa desde diciembre de 2014 por un caso de elaboración y tráfico de drogas, y según la directora de la cárcel se había colocado los implantes mamarios en 2013, antes de ingresar a prisión.
“El médico que la estaba tratando también tenía que saber que ella es una interna y que no se podía hacer un procedimiento de esos, precisamente por la condición en que está”, explicó la directora de la prisión.
A pesar del procedimiento extra, la reclusa regresó el mismo día de la intervención quirúrgica a la cárcel y fue en ese momento que las autoridades se percataron de lo que había sucedido.
En Colombia se realizan cada año más de 200.000 cirugías estéticas, cerca de 3% del total mundial, según cifras de la Sociedad Internacional de Cirugía Estética (ISAPS, por sus siglas en inglés).
El país es el tercero en América Latina en número de intervenciones médicas de belleza, por detrás de Brasil y México.