¿Puede Nicolás Maduro decretar un Estado de Excepción? La respuesta también es SI.
El artículo 337 de la CRBV dice textualmente: “El Presidente o Presidenta de la República, en Consejo de Ministros, podrá decretar los estados de excepción. Se califican expresamente como tales las circunstancias de orden social, económico, político, natural o ecológico, que afecten gravemente la seguridad de la Nación, de las instituciones y de los ciudadanos y ciudadanas, a cuyo respecto resultan insuficientes las facultades de las cuales se disponen para hacer frente a tales hechos”.
El artículo 338 de la CRBV dice: “Podrá decretarse el estado de alarma cuando se produzcan catástrofes, calamidades públicas u otros acontecimientos similares que pongan seriamente en peligro la seguridad de la Nación, o de sus ciudadanos y ciudadanas. Dicho estado de excepción durará hasta treinta días, siendo prorrogable hasta por treinta días más”.
En el parágrafo segundo, el artículo 338 dice: “Podrá decretarse el estado de emergencia económica cuando se susciten circunstancias económicas extraordinarias que afecten gravemente la vida económica de la Nación. Su duración será de hasta sesenta días, prorrogable por un plazo igual”.
En el parágrafo tercero, el artículo 338 dice: “Podrá decretarse el estado de conmoción interior o exterior en caso de conflicto interno o externo, que ponga seriamente en peligro la seguridad de la Nación, de sus ciudadanos y ciudadanas, o de sus instituciones. Se prolongará hasta por noventa días, siendo prorrogable hasta por noventa días más”.
Como puede observarse, el gobierno de Nicolás Maduro tiene a la mano dos opciones muy claras para decretar un Estado de Excepción que lo libre, momentáneamente, de una muerte súbita: la primera, un estado de emergencia económica, que le da hasta 120 días para aguantar el aire y el estado de conmoción interior o exterior, que le da hasta 180 días amarrado a un respirador artificial.
La aprobación de la prórroga de los estados de excepción, por cierto, corresponde a la Asamblea Nacional. Eso quiere decir, simple y llanamente, que Diosdado Cabello sólo tendrá que dar la orden a los borregos del PSUV para que voten las veces que sea necesario.
En las líneas rectoras de investigación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, difundidas en el Documento Rector de la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela, hay un tema que se denomina Gestión Militar en los Estados de Excepción y que “comprende la actuación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, ante situaciones especiales en que el Ejecutivo Nacional ha decretado “Estado de Alarma” y/o Estado de Emergencia”.
Visto así, a simple vista, pareciera que dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, y muy especialmente, dentro de la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela, hay especial interés por evaluar, analizar y estudiar escenarios que pudieran presentarse en el país en el corto, mediano y largo plazo, sobre todo si se toma en cuenta la difícil situación económica, política y social por la que atraviesa la nación en los actuales momentos.
No faltará quien diga que es algo completamente normal que dentro de la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela se estudie y se analice este tipo de escenarios, como lo son el Estado de Alarma, Estado de Emergencia y Estado de Excepción y el comportamiento que frente a cualquiera de esas eventualidades, deberían asumir los miembros de los diferentes componentes que integran a la FANB.
El problema es que el 6 de diciembre de 2015, está previsto que se realicen elecciones para escoger a los diputados de la Asamblea Nacional. Esos comicios son de vital importancia para todo el país. Para el oficialismo, la elección de los nuevos parlamentarios es asunto de vida o muerte. Si como lo vaticinan casi todas las encuestas, el PSUV pierde la mayoría en la AN, estaría en peligro la vigencia y la permanencia de lo que se ha dado en llamar el Socialismo del Siglo XXI y el proyecto revolucionario iniciado por Hugo Chávez en 1999. Maduro se vería obligado a hacer algo para lo que evidentemente no está preparado: gobernar con una AN en contra.
Para los demócratas, las elecciones del 6 de diciembre también son de vida o muerte. Las fuerzas democráticas venezolanas han sido derrotadas (en algunos casos con trampa) en 18 de los 19 procesos electorales que se han llevado a cabo en Venezuela desde 1998. La única victoria que ha obtenido la oposición fue en diciembre de 2007, cuando logró ganar, por una muy pequeña diferencia, el referendo convocado por Chávez para modificar el 33% de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Los demócratas obtuvieron mayor cantidad de votos en 2010, pero una jugada política del CNE, que modificó las circunscripciones electorales meses antes de la votación, hizo que el PSUV obtuviera más diputados a pesar de haber sacado menor cantidad de votos. La oposición necesita ganar los comicios parlamentarios de 2015 para poder constituir un contra poder que actúe como muro de contención y evite que el oficialismo termine de concretar su proyecto de convertir a Venezuela en una nación socialista al estilo cubano.
Existe la creencia, muy bien fundamentada, de que el oficialismo no parece tener mucho interés en hacer elecciones en diciembre de 2015. Las encuestas le dan al PSUV 21% de aceptación frente a 42% de la MUD. Una clara demostración de que las sospechas tienen algo de cierto lo constituye el hecho de que el CNE tardó 6 meses para anunciar la fecha de los comicios. Entre los meses de junio y julio de 2015, el oficialismo ha inhabilitado a 3 importantes dirigentes opositores (Daniel Ceballos, María Corina Machado y Enzo Scarano) que eran seguros ganadores en sus circuitos electorales.
La declaración de un Estado de Alarma, Estado de Emergencia o un Estado de Excepción, por parte del ejecutivo nacional, tomando en cuenta alguna situación sobrevenida, como por ejemplo, un conflicto militar con algún país vecino (hay fricciones muy fuertes con el gobierno de Guyana por el tema del Esequibo) podría impedir que los comicios se realizaran como está previsto en la Constitución.
De manera que la línea rectora de investigación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, incorporada al Documento Rector de la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela, no puede ser vista como si fuera producto de una casualidad, sino todo lo contrario: si los militares venezolanos, se están preparando ante la posibilidad de que se produzca alguno de esos escenarios, es porque, ciertamente, hay serios indicios de que esos escenarios se pueden presentar de un momento a otro.
Maduro está deshojando la margarita. La pelea con David Granger, presidente de Guyana, no es gratuita ni improvisada. Detrás de esa batalla verbal se esconde la posibilidad de un Estado de Excepción que le permita suspender los comicios.
SC. 18 de julio de 2015
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