Un empleado de un museo del sur de China robó 143 obras de arte, remplazándolas por copias realizadas por él mismo, antes de darse cuenta un día que sus imitaciones eran sustituidas también por otras falsificaciones.
Xiao Yuan, encargado de la conservación de las pinturas y archivista jefe de la Academia de Bellas Artes de Canton, confesó delante de un tribunal que le acusó de haber obtenido 35 millones de yuanes en beneficios (5,15 millones de euros) vendiendo las pinturas originales.
Entre los artistas copiados y revendidos por Xiao figuran el pintor Qi Baishi (1864-1957), cuyas obras rondan el valor alcanzado por Picasso o Andy Warhol.
El falsificador, que realizaba pinturas sobre lienzo o caligrafías, vendió 125 obras en subastas. La policía se incautó además de otras 18 en su domicilio.
El hombre de 57 años afirmó ante el tribunal que no era el único que actuaba así en el museo.
“Durante la investigación, los policías me mostraron fotos de mis copias y me di cuenta de que algunas habían sido remplazadas, ya que la calidad del trabajo de esa gente era muy mediocre”, explicó delante de los jueces, según muestra una secuencia de video del proceso que ha sido publicada.
La casa de subastas China Guardian, la segunda más importante de China, confirmó a la AFP que contaba entre sus fuentes con Xiao Yuan y que abrió una investigación sobre las obras vendidas por su intermediario.
Los escándalos relacionados con las falsificaciones son habituales en el mercado del arte y en los museos chinos.
En 2013, las autoridades de la provincia de Hebei (norte) ordenaron el cierre de un museo lleno de objetos de imitación, entre los que había un jarrón que databa presuntamente de la dinastía Qing (1644-1911).
AFP