La crisis de alimentos se agrava en el país, y queda de relieve cuando se observan las inmensas colas frente a los abastos y supermercados de administración privada, así como en los mercales y pdvales administrados por el Estado venezolano.
Es tanta la escasez de harina, leche, papel higiénico, toallas sanitarias, pañales, aceite, mayonesa, café, pasta, arroz y mantequilla que las familias larenses no dejan de comentar por un minuto esta grave crisis que enfrentan, única en la historia de este país que mantiene en vilo a todos por igual, ya que la falta de comida golpea actualmente a afectos del oficialismo como de la oposición.
Carmen de Sierra es una de las tantas mujeres de la entidad que se levanta a las tres de la mañana los martes para cazar la comida que necesita para darle a sus hijos.
Manifiesta que utiliza este día porque el martes fue elegido para atender a quienes su número de cédula termine en 2, como el de ella.
No obstante, lamenta que pese a madrugar, aguantarse empujones, frío, sol; de vez en cuando lluvia y hasta esperar tres horas en una cola para ingresar a un abasto, finalmente cuando logra entrar los llamados bachaqueros ya se lo han llevado casi todo, en una franca competencia con otras personas que también entran de primeros de manera privilegiada a estos locales porque le pagaron a alguien el día anterior para estar en una lista, lo que constituye un hecho digno al margen de la ley.
Vía El Impulso.