El primer ministro griego, Alexis Tsipras, defendió hoy el acuerdo con la Eurozona de cara a un rescate y afirmó que la alternativa hubiera supuesto la quiebra inmediata del país, pese a que este compromiso “doloroso” posiblemente le lleve a tener que convocar elecciones anticipadas.EFE
En una entrevista con la radio de Syriza Sto Kokkino Tsipras reconoció que el “corazón” le habría pedido abandonar la mesa de negociaciones en la sesión maratoniana con los socios de la Eurozona del pasado día 12, pero que no lo hizo porque era consciente de que la consecuencia inmediata hubiera sido la quiebra de los bancos.
“Si hubiera hecho lo que me pedía mi corazón durante esa negociación de 17 horas” se habrían producido una serie de acontecimientos que hubieran llevado a la pérdida de todos los depósitos bancarios, aseguró Tsipras.
El primer ministro precisó que primero habrían cerrado las sucursales de los bancos en el extranjero y luego el Banco Central Europeo habría dejado de aceptar las garantías de los bancos griegos a cambio de los créditos de emergencia.
Esto, añadió, hubiera conducido a la quiebra de todos los bancos y a la consecuente pérdida de los depósitos.
Tsipras señaló que solo podía optar entre “una victoria pírrica o un acuerdo”, y añadió que no se arrepiente “ni un solo momento” de lo que ocurrió en cinco meses de negociación.
El primer ministro cree que el acuerdo alcanzado ha abierto la posibilidad de obtener un desembolso mucho mayor del previsto inicialmente, a cambio de los mismos esfuerzos.
Según Tsipras, al comienzo de las negociaciones los acreedores solo estaban dispuestos a desembolsar el dinero del segundo rescate que quedaba pendiente y “los países del norte” (…) “no querían dar ni un solo euro fresco” a los “vagos” griegos.
“Las tesis en el Eurogrupo eran que Grecia debía cumplir el programa anterior, el de (Andonis) Samarás”, con una serie de compromisos, que son “exactamente los mismos” que ahora, solo que con la diferencia de que el dinero disponible era de unos 12.000 millones de euros para cinco meses, añadió.
“Ahora hemos pasado a 86.000 millones de euros para tres años”, precisó para añadir que lo importante es además que el nuevo rescate, en caso de firmarse, contempla que una vez que haya concluido la primera evaluación del programa en noviembre se hablará del alivio de la deuda, algo que el Gobierno había convertido desde el principio en uno de sus principales caballos de batalla.
Pese a todo, el líder izquierdista reconoció que los compromisos que ha tenido que hacer le han llevado a una situación que previsiblemente desembocará en la convocatoria de elecciones anticipadas, pues en la dos votaciones sobre los programas de reforma que los socios pidieron como requisito previo más de una treintena de diputados de Syriza le negaron el respaldo.
Esto llevó a que los dos proyectos solo salieran adelante con el apoyo de la oposición.
“Soy el último que habría querido elecciones si hubiéramos mantenido la mayoría parlamentaria” para los próximos cuatro años, dijo.
El líder de Syriza reiteró, no obstante, que su prioridad ahora es lograr la firma del tercer rescate y que espera que a comienzos de septiembre su partido celebre un congreso extraordinario en el que se defina cuál va a ser el programa y cuáles los pasos a seguir.
Tsipras criticó indirectamente a los diputados rebeldes y calificó como “cortos de mente” a los que creen que se puede hacer “la revolución con el asalto al Palacio de Invierno”.
“Los compromisos son también una parte de la táctica revolucionaria”, añadió.