Un millón de hogares de Buenos Aires pagan por una factura de la luz hasta 0,65 dólares por mes, es decir menos que lo que vale un alfajor, la golosina preferida de los argentinos. Otros 1,4 millones de casas abonan entre 0,66 y 1,62 dólares por mes, o sea, menos de lo que cuesta un café solo en los bares porteños. Un millón de viviendas paga por la electricidad entre 1,62 y 4,34 por mes, casi como una botella de tres litros de Coca-Cola. El restante 40% de los usuarios residenciales, que suman 2,2 millones, abonan más de 4,35.
“Increíble, pero real”, comentaba estas comparaciones el periodista y economista Marcelo Zlotogwiazda el pasado viernes en un artículo publicado en el periódico porteño ‘El Cronista Comercial’. “Por supuesto que esa increíble realidad tiene su costo. Para mantener semejante nivel de tarifas subsidiadas el Estado se ve obligado a gastar una cifra descomunal que cubre la diferencia entre lo que cuesta la energía y lo que pagan los consumidores. Semejante gasto constituye un factor determinante del desequilibrio fiscal que afecta a la macroeconomía, que para colmo es en gran medida en beneficio de sectores no necesitados de asistencia”, advertía Zlotogwiazda. El 93% de los hogares de Buenos Aires recibe subvenciones por la electricidad, a pesar de que la pobreza alcanza al 25% de los argentinos, según cálculos sindicales. En el universo de fábricas y comercios reciben subvenciones el 94% de los grandes clientes y el 85% de los medianos.
La discusión por el nivel de las tarifas de electricidad y gas es tan antigua como el kirchnerismo. En 2003, cuando Néstor Kirchner asumió como presidente argentino, su entonces vicepresidente, Daniel Scioli, advirtió que debían subir después de que fueran congeladas ante la crisis socioeconómica y la devaluación del peso de 2002. Aquella opinión le valió un duro reto de Kirchner. Ahora que el Scioli, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, es el único candidato kirchnerista para las primarias presidenciales de este domingo aboga por un recorte de subvenciones a la electricidad: “Con el tiempo iré buscando la igualdad, según quién lo necesita y quién no, cuidando a los más vulnerables. Es momento de ir abordando estos temas de manera gradual”. El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner solo recortó subvenciones a hogares en 2012, pero limitó el ajuste a barrios ricos. “Hay una parte de la clase media que está pagando tarifas de luz y gas que son irrisorias”, se quejó la candidata a vicepresidenta del partido conservador Propuesta Republicana (PRO), Gabriela Michetti, que acompaña la postulación a jefe de Estado de Mauricio Macri, actual alcalde de Buenos Aires.
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