Escasez de medicinas agobia a los epilépticos

Escasez de medicinas agobia a los epilépticos

Foto archivo
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Las crisis de convulsiones en los niños en Venezuela no son tan frecuentes, por lo que cuando un padre que no conoce sobre el tema y por lo tanto no está preparado para actuar, se encuentra de cara a una crisis convulsiva o no convulsiva es un hecho difícil de asumir. Para muchos resulta una de las peores experiencias que existen porque piensan que su hijo está muriendo, reseña La Verdad.

Tildarse de “malos padres” o de “culpables” sucede en la mayoría de los casos, sin embargo estos calificativos están fuera de lugar cuando un infante sufre una convulsión, ya que las razones por cuales se presentan no están relacionadas con fallas en el cuidado.

Cuando se presentan contracciones involuntarias, algunas veces violentas y patológicas de un músculo o de otra parte del cuerpo, estas reacciones pueden ser causadas por la temperatura que se eleva de forma brusca debido a una infección respiratoria viral superior, gastrointestinal, a infecciones del oído; lo que se conoce como convulsiones febriles.

Victor Yoris, médico pediatra, explica que el tratamiento de las convulsiones en los niños es sencillo, sin  embargo la falta de los medicamentos necesarios para ello no se consiguen. Comentó que en las instituciones publicas ha sido una constante desde hace algún tiempo, mientras que en las privadas se consiguen con un poco más de facilidad. “Hay problemas en todos los niveles de salud. Y la falta de medicamentos es grave, eso hace que en situaciones como estas los padres se desesperen más”.

A pesar de los síntomas y de su apariencia alarmante, las convulsiones son a menudo benignas y hereditarias. Las crisis convulsivas febriles son inofensivas, no causan daño cerebral, parálisis ni lesiones cerebrales, retraso mental o algún otro trastorno del sistema nervioso, y no existe evidencia de que causen muerte, epilepsia, ni disminución del QI o problemas de aprendizaje.

Es posible que un niño tenga más de una convulsión febril si la primera convulsión ocurrió antes de los 12 meses de vida, o si sucedió con una fiebre de menos de 39ºC.

Médicos aseguran que los padres no deben sentirse culpables cuando su hijo presente una crisis. Tener el conocimiento básico y controlar las emociones es vital para el bienestar del niño y de la estabilidad emocional de toda la familia.

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