En efecto, además de deliciosas y auxiliares contra los altos niveles de colesterol, las peras tienen la capacidad de intervenir en la metabolización del alcohol al interior de nuestro cuerpo, particularmente afectando las enzimas que lo procesan, de manera tal que aceleran su eliminación y en algunos casos incluso impiden que el cuerpo lo absorba, reseña Pijamasurf.
De acuerdo con Manny Noakes, el investigador principal del estudio, sólo las peras redujeron notablemente los niveles de acetaldehído en la sangre de personas que habían bebido alcohol, químico que por su toxicidad está asociado con los efectos perniciosos de la también llamada “cruda”.
Entre los principales cambios registrados por el consumo de pera, se encontró la capacidad de concentración de personas que unas horas antes se habían embriagado.
Los resultados de esta investigación se observaron experimentando con pera coreana (Pyrus pyrifolia), en especial su jugo, pero, al tratarse de conclusiones preliminares, quizá cada uno podría efectuar su propia prueba con el tipo de pera al alcance. Y claro, compartir con otros lo observado.
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